En Guetaria (Guipúzcoa), con marinos de distintas ramas (marina mercante, pescadores, la Armada) se ha celebrado una misa rogando por el alma de Juan Sebastián Elcano, el primer hombre que logró dar la vuelta al mundo, hazaña que cumple cinco siglos.
"Quinientos años de aquella epopeya, de aquella vuelta al mundo. Empezaré por el testamento que Elcano escribió en plena crisis en el Océano, cuatro años después de empezar su viaje: 'en nombre de Dios, amén; mando mi alma a Dios que me la crió, y me redimió con su preciosa sangre en la Santa Cruz, y ruego y suplico a la bendita Madre, Señora Santa María, que ella sea mi abogada ante su precioso Hijo", leyó el obispo de San Sebastián.
Recordó que el mismo Elcano pidió que se hiciera una misa anual por él y sus padres en El Salvador de Guetaria. "Es entrañable que 500 años después cumplamos su voluntad y oremos por él".
De 244 marineros que partieron, solo 18, con Elcano, llegaron hasta el final, recordó el obispo.
El contexto cristiano, y autocrítico, de la época
Había muchas motivaciones: económicas, estratégicas, de fama... pero también "buscaban expander la fe cristiana, fueron participantes activos en muchos bautismos", recordó.
En el momento cumbre de la vida, al acercarse su muerte, Elcano fue consciente de que necesitaba purificar muchas cosas, que quizá habría hecho mejor muchas cosas de volver a vivir. "Existía una cosmovisión católica que permitía una autocrítica en esa época, para que no fuese la fama o el dinero el motor único de todo", recuerda.
"Isabel la Católica luchó denodadamente contra la esclavitud y maltrato de indígenas, una página de la historia a veces muy desconocida y creo que es motivo de gloria para nosotros. Ordenó liberar a los indios esclavizados por Colón y ordenó devolverlos a las Antillas. Y Colón volvió prisionero a España; hubo autocrítica en esa epopeya. Dejó claro que los indios era hombres como los demás".
Munilla leyó el fragmento del testamento de Isabel en que ordena que no se consientan abusos ni robos contra los indios. Y recuerdó "la igualdad natural de todos los pueblos" reconocida por los filósofos y teólogos de Escuela de Salamanca en ese siglo. Eso favorecía el mestizaje. Señaló que fue "muy diferente" la colonización anglosajona en Norteamérica.
Ese es el contexto en el que Elcano partió, explica el obispo. Al repasar su testamento, Elcano, deja primero un dinero a la parroquia de Guetaria, y también partes de sus bienes para "los 30 más pobres" del pueblo.
Como Ignacio de Loyola, "llamado a arriesgarlo todo"
Munilla señala que Ignacio de Loyola y Elcano fueron los dos guipuzcoanos más influyentes del mundo. Ignacio se convirtió exactamente mientras Elcano sufría en plena travesía. "No es casualidad que sean del mismo tiempo, nacieron y crecieron en un mismo humus. Tenían madera, candidatos a todo menos a ser mediocres, llamados a arriesgarlo todo. Yo le pido al Señor por el alma de aquel valiente, que amaba a Cristo pero era un pecador. Y pido al Señor espíritus decididos, valientes".
Finalmente, el obispo recordó que al llegar a Sevilla, los navegantes supervivientes fueron descalzos a la capilla de la Virgen, a reconocer "que ella nos lleva al puerto amado".