Que ningún preso de Aragón se quede sin felicitar la Navidad a sus seres queridos. Ese es el objetivo de la campaña ‘Minutos de esperanza’, a través de la cual Pastoral Penitenciaria ofrece un testimonio de amor y perdón a los “descartados de la sociedad”. El objetivo es reunir 2.030 tarjetas telefónicas, una por preso, con cinco euros de saldo cada una, que serán repartidas en los centros penitenciarios de Teruel, Zuera y Daroca.
El obispo Ángel Pérez Pueyo, coordinador en Aragón de la pastoral en las cárceles, agradece el servicio gratuito de voluntarios y donantes. “Esta es la campaña más vistosa, pero ascienden a 24 los proyectos que las diócesis de Aragón desarrollan durante los 365 días del año en las cárceles gracias a la labor coordinadora de Isabel Escartín (delegada de Pastoral Penitenciaria de la archidiócesis de Zaragoza)”.
El mejor regalo para un preso
Las tarjetas telefónicas son muy codiciadas por los internos, ya que, como explican los capellanes de las cárceles, “es el mejor regalo que se les puede hacer. La Navidad es una época muy emotiva y conectar con los familiares por teléfono es algo que les llena el alma”.
Isabel Escartín, delegada de Pastoral Penitenciaria de la archidiócesis de Zaragoza, lleva veinte años pisando cárceles. Ella coordina esta pionera campaña de recogida de tarjetas telefónicas. Isabel recuerda que “se puede colaborar hasta el 20 de diciembre, ya que a partir de esa fecha y hasta el 24 de diciembre incluido, pasaremos personalmente a entregar las tarjetas y felicitarles la Navidad”.
Las personas interesadas en colaborar pueden hacer su donativo en el siguiente número de cuenta: ES47 2085 0138 3803 3034 2277. Con el dinero recaudado (la meta es alcanzar los 10.150 euros), Pastoral Penitenciaria adquirirá las tarjetas.
“Al desaparecer las cabinas telefónicas de las calles, la gente ya no puede comprar las recargas, de ahí que canalicemos las ayudas a través del ingreso o la transferencia bancaria”, explica Isabel Escartín, al tiempo que subraya el “gesto transformador de muchas pequeñas aportaciones”.