Este próximo 13 de septiembre Ávila vivirá una nueva ordenación sacerdotal dos años después, y lo hará en una situación extraordinaria debido a la pandemia de coronavirus y los nuevos rebrotes que se está produciendo.
Francisco Javier Calvo Tolosa tiene 31 años e ingresó en el seminario a los 24 años tras haber estudiado Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Y de cara a este nuevo paso en su vida y echando la vista atrás contaba que "cuando empecé la carrera, la vocación era algo muy lejano para mí, aunque una cierta inquietud tenía, porque el año anterior estuve yendo a las convivencias del Seminario en familia, pero no sentía esa llamada”.
En la universidad, recordaba el que pronto será nuevo sacerdote que fue en la facultad donde encontró a Cristo “a través de una comunidad de cristianos de la Pastoral Universitaria”.
“En un primer momento”, describe, “no sabía muy bien cómo responder a esa llamada que el Señor me hacía de una manera más clara, y en aquellos años fui aprendiendo a escuchar mejor a Dios, a hacer oración, a servirle en el apostolado de la universidad”.
En este proceso –añade Francisco Javier- fue “cuando me di cuenta de que lo que más me llenaba en mi vida, y para lo que me había llamado Dios, era para ayudar a que la gente se acercara más al Él. En los últimos años de licenciatura fui haciendo ya una opción más decidida por esa vocación, hasta que al terminar la carrera entré en el Seminario".
Francisco Javier, durante su ordenación diaconal a manos de monseñor Gil Tamayo, obispo de Ávila
De su época universitaria en Madrid, Francisco Javier Calvo afirmaba guardar intensas vivencias. "Algunas de ellas incluso de odio y persecución a la Iglesia, pero principalmente, y por lo que doy gracias a Dios, encontré grandes amigos que entregaron su vida a Dios”, argumenta sobre aquella etapa.
Al respecto, considera “curioso” que en ese contexto “tan alejado del Señor, muchos decidieron seguirle”, ya que según señala, tiene compañeras de carrera que son carmelitas descalzas y un compañero de clase que es monje trapense. “Eso también me motivó mucho a la hora de ponerme frente a Dios y preguntarle qué quería de mí", describe.
Tras terminar la licenciatura en Ciencias Políticas y entrar en el Seminario, Calvo Tolosa comenzó sus estudios de Teología en Salamanca, antes de volver a Madrid para estudiar la especialidad en Filosofía, de nuevo en la Complutense. Su camino vocacional se ha ido completando en estos últimos años, especialmente en su reciente etapa pastoral en la parroquia de Sotillo de La Adrada, para ahora ser ordenado diácono.