El Congreso Católicos y Vida Pública empieza este viernes 13 de noviembre, en su edición más extraña después de más de 20 años de celebración anual. Nacido para ser un punto de encuentro de católicos de distintos movimientos y asociaciones, de gente de toda España que aprende a conocerse pasillos, en el bar, entre charla y charla, se encuentra este año reconvertido en un encuentro virtual, por Internet, más centrado en las ponencias y talleres.
Es una ocasión para volcarse quizá más en los contenidos -este año enfocados en la defensa de la vida humana- y también "saltar" el Atlántico, puesto que desde Hispanoamérica también se puede seguir. Hay conferencias y ponencias abiertas a todo el público, mientras que los talleres (también online) requieren una inscripción previa.
ReL habla del Congreso y del asociacionismo católico actual con Rafael Murillo Ferrer, experto en Derecho Constitucional y secretario general de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), la asociación impulsora del congreso.
- ¿Por qué este año Católicos y Vida Pública se centra en la defensa de la vida humana?
- Vivimos una época que cosifica la vida. Traer una nueva vida al mundo es visto hoy por muchos con desprecio, o como algo malo. Los cristianos creemos en la buena vida en Cristo, con alegría y plenitud profunda que da Cristo.
- ¿El ataque contra la vida permea lo cultural, incluso lo artístico, o más bien es algo que impulsan políticos desde sus despachos?
- Tradicionalmente nuestra cultura ha cantado a la vida, a la maternidad... Pero, desde la postmodernidad, lo que se promueve es vivir todo con grandes descargas de dopamina, fogonazos de gran intensidad, a menudo irracionales. Pero vivir bien es, sobre todo, construir un proyecto de vida, con amor, sacrificio, fraternidad con el otro. Esa es la propuesta cristiana. El Papa Francisco lo ilustraba recientemente con la parábola del buen samaritano: vivir bien es ayudar al que sufre. Es una paradoja, por ejemplo, que con tantos medios de comunicación haya tanta gente sola, como hemos constatado a raíz de la pandemia.
- ¿Cómo puede un lector de ReL o un asistente online al congreso ayudar a construir esa cultura de la vida?
- El primer paso debe ser siempre el compromiso personal con la fe, que nos pide un encuentro con Cristo y una vida íntegra. Y después ya cada uno debe encontrar dónde servir. Cada uno debe lanzarse, con oración, desde su parroquia o asociaciones apostólicas.
- ¿Compromiso personal significa asociarse a alguna entidad y pagar cuotas?
- Lo primero es que uno se ponga ante Cristo y pregunte al Señor qué quiere de nosotros. Luego ya encontrará el lugar para colaborar con oración, tiempo, dinero...
Rafael Murillo Ferrer, catedrático de Derecho Constitucional y
secretario general de la ACdP
- Nueva Zelanda es el primer país que ha legalizado la eutanasia por referéndum, por voluntad directa de sus votantes. ¿El pueblo español podría votar algo así?
- El tema de la eutanasia se vende con muchos eufemismos, hablando de "muerte dulce" y ocultando información. La gente lo que no quiere es que le duela. Existen los cuidados paliativos, medios lícitos contra el dolor, y mucha gente lo desconoce. Hay medidas paliativas que no se aplican. Morir acompañado de los seres queridos, sin dolor, en su momento... eso es posible y ético, sin eutanasia. Quizá nos falta comunicar mejor. Nosotros lo estamos empezando a hacer con la web Vividores.org, llena de testimonios, que recomendamos.
- Pero en las webs de asociaciones pro-eutanasia no piden solo legalizar casos extremos, sino eutanasia a voluntad, a quien lo pida...
- Porque están inmersos en una cultura de la muerte. Es como el suicidio, otro problema que tenemos como escondido bajo un velo. Pero aquí hay como una cobardía añadida: "yo no me atrevo a matarme, quiero que me maten". Pero en España ya declaró el Tribunal Constitucional que existe el derecho a vivir, no el derecho a que te maten o a matarte.
- Hablan de que la eutanasia tendría muchos controles muy estrictos...
- Eso de los controles no funciona, porque enseguida aparecen grandes 'salvadores' de esos que sedan a todo el mundo. En los países con eutanasia legal ya se ha visto la pendiente resbaladiza, que se amplían más y más casos y supuestos...
- De nuevo, ¿qué puede hacer un lector de ReL o un asistente al este congreso para la defensa de la vida?
- Lo primero es informarse. A mis alumnos les digo que vivir en democracia requiere tiempo porque requiere informarse. Que conozcan y difundan webs y medios con una visión a favor de la vida, como Vividores.org. Que en chats, redes o conversaciones tengan esta visión positiva, que busca entender y ayudar y acompañar al otro. Y que se apoye en asociaciones buenas. Nuestro Congreso Católicos y Vida Pública busca eso, crear una cultura de la vida entre todos, que transmita ilusión de vivir. Hay en Internet documentales sobre cuidados paliativos hermosos, que son un canto a la vida.
Morir en Paz es un documental gratuito sobre cuidados al final de la vida en el que ha colaborado la Asociación Católica de Propagandistas
- ¿Usted cuántas veces ha escuchado un sermón en su parroquia, en misa de domingo, sobre el aborto o la eutanasia?
- Nunca. Y tengo 60 años, voy a misa desde niño, he ido a misa en distintas partes de España. Y nunca escuché una homilía sobre estos temas.
- La ACdP es una asociacion de laicos pero, ¿qué cabe pedir a sacerdotes y obispos en la defensa de la vida?
- La defensa de la vida es una batalla que tenemos que dar los laicos en el día a día, en la cultura, etc... Los clérigos deben animarnos y mantener con claridad el Magisterio de la Iglesia. Cristo dice: Yo soy la Verdad y la Vida. Que enseñen eso. Creo que muchos ya lo hacen. Hace unos días, presentando el Congreso, los obispos de Alcalá, Getafe y el portavoz de la Conferencia Episcopal, Argüello, creo que hablaron con firmeza sobre el tema. Y con los pies en la tierra, porque los católicos no vamos flotando como angelitos. Reig Pla, el obispo de Alcalá, decía: "necesitamos políticos católicos". Lo que pedía es que los católicos se manifiesten con libertad en este tema, y también en la libertad de expresión, de educación, la economía, etc...
El vídeo recoge algunos momentos de la presentación del Congreso con los 3 obispos
- ¿Cómo conoce la ACdP y el CEU el sentir de la calle, la sociología del momento? Porque la Iglesia no hace nunca estudios ni sondeos de nada, y depende siempre de los que hacen otras entidades, a menudo en manos muy hostiles...
- En la ACdP y la Fundación Universitaria San Pablo CEU hemos hecho algunos sondeos a muy pequeña escala y queremos crecer con más estudios técnicos y sociológicos. Tenemos ahora un Observatorio Demográfico, con Joaquín Leguina en él, que fue 12 años presidente autonómico de Madrid. Nuestro Instituto de la Familia también trabaja en este sentido. Es verdad que necesitamos hacer más estudios sociológicos y no depender de los sesgos e interpretaciones que dan ciertas entidades.
- ¿Cómo ve el asociacionismo católico en España, más allá de lo devocional, en la vida pública?
- El panorama en España me parece bastante pobre. Hay asociaciones católicas con vocación a la vida pública que se han quedado muy pequeñas. La ACdP tiene más de cien años y siempre ha tenido esta vocación. Y vemos movimientos apostólicos que no han dado el paso de comprometerse con la vida pública.
- ¿Pueden las entidades católicas trabajar unidas?
- Sí, en este momento, cada uno desde su identidad, debemos aprender a trabajar juntos para cambiar la cultura de la muerte y construir una cultura de la vida. Y no sólo con los católicos, sino con muchas otras personas y entidades. El primer cambio cualitativo es perder el miedo, arriesgarnos, salir de la zona en que hemos estado cómodos. Quiza es el momento de crear grandes plataformas de pensamiento con entidades que piensen parecido. Puede ser que muchas asociaciones católicas no se conozcan bien entre ellas, y otras tienen recelos. El coronavirus, claro, dificulta los encuentros personales. Pero sí creo que pueden resurgir muchos grupos.
- ¿Qué tipo de persona puede considerar hacerse socio de la ACdP y qué se encontrará si se hace socio?
- Somos unos 500 socios, entre aspirantes, activos y cooperadores, con 22 centros en todas las comunidades autónomas españolas. En la web de la ACdP hay más información. Casi todos somos profesionales de distintas ramas, con una trayectoria profesional ya consolidada, que queremos llevar el Evangelio a la vida pública, a la sociedad, la política, la cultura, la educación... Quien se hace propagandista encuentra hermanos en la fe, sacramentos y círculos de formación para servir a la Iglesia. Ahora, con el coronavirus, lo que se puede hacer presencial lo intentamos hacer presencial, siempre cumpliendo todas las normas sanitarias.
Se puede consultar el programa o seguir por Internet el Congreso Católicos y Vida Pública AQUÍ