Ante la noticia de un supuesto veto a un bautismo de una niña y la primera comunión de un niño de Benamargosa (Málaga, España), la diócesis acaba de publicar un comunicado en el que aporta luz al caso.
"Desde el Obispado de Málaga se ha mantenido siempre al párroco como único interlocutor, pues es quien mejor conoce la situación de estas familias. Con respecto al caso de la madre que solicitó el bautismo para su hija, el párroco ha tenido informado al Obispo y siempre le ha manifestado que faltaba, según la normativa de la Iglesia, la 'esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica (...); si falta por completo esa esperanza, debe diferirse el bautismo, según las disposiciones del derecho particular, haciendo saber la razón a sus padres' (Código de Derecho Canónico c. 868)".
"El párroco nunca ha 'denegado' el sacramento, solo ha aplicado la normativa de la Iglesia de 'diferir el bautismo'. Así se lo ha hecho saber a los padres, con quienes tiene una relación fluida y cercana. Por tanto, en el momento en que haya 'esperanza fundada' de ser educada en la fe católica, la niña podría ser bautizada", añade la diócesis.
"Respecto al niño de primera comunión, el párroco constata que el niño no cuenta con la preparación ni disposición necesarias y prefiere también diferir la comunión. Para celebrar y recibir un sacramento a partir de la edad de uso de razón es necesario conocer lo que se recibe y tener un mínimo de formación religiosa, de actitud de fe en querer vivirla y de voluntad para hacerlo", explica el comunicado.
Según los medios locales, el conflicto estalló hace más de un año, cuando una vecina del pueblo, se acercó al cura para pedirle bautizar a su hija. Sin embargo, el párroco se negó a realizar el sacramento, alegando que la mujer no asistía regularmente a Misa los domingos. Esta decisión fue interpretada por la vecina como "una acción personal" en lugar de seguir las directrices y normas establecidas por la Iglesia Católica.
El propio sacerdote ha aclarado a Málaga Hoy que "nunca se puede negar un sacramento; se puede posponer hasta que la persona que lo solicita cumpla los requisitos necesarios".
"Como curas, nuestra misión es creer a todos los que soliciten un sacramento, sin importar si nos están engañando o no. No verificamos la veracidad de la información que nos proporcionan; simplemente partimos del principio de que todo es cierto", ha expresado el párroco, que insiste en que su misión es seguir las normas establecidas por la Iglesia.