Cientos de personas han acompañado la mañana de este 10 de junio a la toma de posesión del nuevo obispo de Alcalá de Henares y anterior vicario general de Córdoba, Antonio Prieto, en una abarrotada Catedral Magistral de los Santos Justo y Pastor. La ceremonia, presidida por el Nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, el cardenal arzobispo de Madrid Carlos Osoro y el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, contó con hasta 40 obispos de toda España, una multitud de sacerdotes y hasta 400 cordobeses que acudieron a Madrid para acompañar al nuevo obispo.
Tras unas primeras palabras del nuncio en torno al nuevo lema elegido por Prieto, Para que tengan vida, le siguió la celebración y una homilía pronunciada por el cardenal Osoro antes de la acción de gracias del obispo y su recepción de los símbolos episcopales.
Tras un sentido agradecimiento a todos los presentes, Prieto se dirigió en primer lugar a las autoridades presentes ofreciendo su "cercanía y colaboración" para "trabajar juntos en la defensa de la dignidad humana, la búsqueda del bien común y la construcción de una sociedad cada día más fraterna".
Remitiendo a todos los presentes en el acto y a todos los que forman parte de la diócesis de Alcalá, Prieto se presentó "con toda humildad" deseando que su obrar como obispo "no sea un estorbo" para el "encuentro con Cristo", sino que los fieles puedan "descubrir al Señor" mediante sus "acciones, palabras y decisiones".
La cultura, camino de acceso a la fe
Una de sus primeras menciones como obispo estuvo dirigido a "la cultura", de la que "la ciudad de Cervantes es foco incomparable" y que fue "convertida por el cardenal Cisneros en una auténtica Civitas Dei, cuna de santos, de humanistas, de científicos y literatos". Una ciudad, agregó, "en la que la fe se ha hecho cultura, y la cultura se ha convertido en un camino privilegiado de acceso a la fe".
En segundo lugar, mostró su deseo de que la diócesis de Alcalá mantenga su "estado de misión" y servicio a la evangelización.
"Trabajemos juntos para seguir haciendo de nuestra diócesis una Iglesia alegre y misionera. Tenemos por delante grandes retos y desafíos, pero también contamos con enormes posibilidades. Pongámoslas al servicio de la caridad y de la nueva evangelización. La gracia de Dios no nos faltará", subrayó.
Como parte de este "esfuerzo misionero" y "tarea evangelizadora", que debe darse "aportando cada uno nuestros dones y carismas", Prieto llamó a continuar "priorizando la pastoral familiar, de la que depende el futuro de la Iglesia y de la sociedad", así como "cuidando la pastoral vocacional".
"Jesús, en el centro": clave de una diócesis misionera y evangelizadora
En último lugar, recordó a los presentes que "la clave" de ese plan de evangelización no es otra que "la conversión y la santidad personal".
Más que una ideología o un sistema ético, "el Cristianismo es una plenitud de vida, recibida en la amistad con Cristo" que "se comparte en la comunión de la Iglesia" y que se convierte "en testimonio para el mundo. Cuidemos con esmero nuestra vida interior, y nuestra vida cristiana en todas sus dimensiones. Pongamos a Jesucristo en el centro de nuestra vida y de todas nuestras tareas", alentó.
Antes de concluir, pidió a los presentes sus oraciones por su nueva etapa, "para que pueda ser el buen pastor que la Iglesia de Alcalá necesita".
"Muy pronto empezaréis a constatar mis errores e inexperiencia. Tened paciencia y misericordia conmigo. Espero mucho de vosotros para que me enseñéis a ser Obispo. Por mi parte, no quiero ahorrarme ni un solo sacrificio si es por vuestro bien", dijo a los presentes.
"Pongo mi ministerio bajo la intercesión de la Patrona de la ciudad de Alcalá de Henares, la Virgen del Val; y de nuestros patronos, tan queridos, los Santos Niños Justo y Pastor. Me confío a la protección de San Félix y San Diego de Alcalá, así como de todos los santos y santas de nuestra bendita diócesis complutense", finalizó el obispo.