En la carta que cada semana publica el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares quiso entrar este sábado en el debate sobre la afirmación del Gobierno de Pedro Sánchez de que los hijos no pertenecen a los padres.
El purpurado recuerda que “es verdad comúnmente admitida que compete a la familia, a los padres, el derecho y el deber originario de educar a la persona humana, a los hijos, en cuanto personas que son”.
Por ello, afirma claramente que “sólo los sistemas dictatoriales, las dictaduras, afirman que este derecho-deber le corresponde al Estado porque los hijos no son de los padres, no pertenecen a los padres, sino al Estado”.
La familia, "escuela de la sociedad"
De este modo, el cardenal Cañizares señala en su carta que la familia está al servicio de la vida. “Este servicio a la vida por parte de la familia no acaba, como es obvio, en la mera transmisión de la vida, sino que se prolonga en esa ‘procreación’ incesante que es la ayuda permanente y eficaz de los padres al nuevo ser humano a vivir una vida verdadera y auténticamente humana por medio de la educación”.
El arzobispo valenciano también cita la Declaración sobre la educación del Concilio Vaticano II que decía: “puesto que los padres han dado la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole, y por tanto hay que reconocerlos como los primeros y principales educadores de sus hijos (y primeros y principales responsables de su educación). Este deber de la educación familiar es de tanta trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse”.
Por ello, Cañizares insiste en que “la familia es la gran escuela de la sociedad” y “no puede ser suplantada por nada ni por nadie”.
“¿Se quiere volver al pasado y resucitar una nueva dictadura? Porque el artículo 27 de la Constitución, clave y quicio de la Ley Fundamental de nuestra Nación, reconoce y garantiza este deber y derecho de los padres. ¿Se pretende que sea como Cuba, o China, o lo que fue la Unión Soviética donde los hijos eran del Estado y no pertenecían a los padres? Es tan evidente que pertenecen a los padres, que no deberíamos emplear ni un minuto en discutirlo. En el paradigma en que se sitúa la Sra. Ministra, ¿dónde queda la libertad de enseñanza, la libertad religiosa y moral y qué espacio queda para lo que no sea el pensamiento único y dominante? ¿Así se piensa progresar? Esto es un retroceso muy grande. Lo siento. Debe aclararse el Gobierno y no falsear ni engañar, porque va contra el bien común, objetivo ineludible que debería buscarse”, concluye el cardenal.