El obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura, ha presentado la memoria de actividades relativa al 2020 y se ha dado a conocer el III estudio en torno a la `Percepción sobre la Iglesia de Bizkaia´. Han participado también Joseba Ezpeleta, director comercial de la empresa que ha realizado el estudio y Gema Orbe, responsable del área de Personas sin Hogar de Caritas Bizkaia.
El informe concluye que el 53% de la población vizcaína se identifica como católica, un índice que ha disminuido cuatro puntos desde el análisis anterior realizado en el 2017. El 33% se declara ateo, agnóstico o no creyente. Otro dato que ha reflejado el estudio es que el índice de católicos no practicantes ha aumentado del 21 al 23%. En este sentido, el obispo ha puesto de manifiesto que el número de personas que acudían a misa los domingos antes de la pandemia eran de 140.000, una cifra que, obviamente ha disminuido, “con la reducción de aforos y las llamadas a la prudencia realizadas también desde la Diócesis a las personas mayores durante el estado de emergencia”.
El prelado ha querido poner en contexto los datos en torno a la práctica religiosa y la retirada del hecho religioso del proceso de socialización, algo notorio en Europa “pero no tanto en los demás continentes, donde el número de católicos está creciendo”. El informe pone en evidencia la dificultad de la institución para llegar a la juventud y que, entre las personas mayores de 65 años siguen teniendo vigencia las creencias y prácticas religiosas.
El informe apunta que una de las cuestiones a mejorar es la transparencia. Un asunto sobre el que está trabajando la institución y sobre el que “se seguirá esforzando”. La Diócesis de Bilbao está a la cabeza de las diócesis españolas en el cumplimiento del 65% de los patrones de transparencia. El objetivo es llegar al 100%.
Código Ético de la Diócesis de Bilbao
Una de las conclusiones del informe es que la sociedad de Bizkaia considera que las instituciones que se encargan de difundir valores de conducta y comportamiento son los centros educativos, la familia y la Iglesia y las instituciones religiosas. En esta cuestión el prelado ha señalado que desde la Diócesis se está intentando responder lo mejor posible en coordinación entre el Departamento de educación diocesano, los 16 centros educativos de la red EBI y la Escuela de Magisterio (BAM). Mons. Segura ha dicho que en esto “como en todo”, hay que predicar con el ejemplo y que tras la aprobación del Código Ético de la Diócesis de Bilbao toca socializarlo e implantarlo.
En el informe se percibe a la Iglesia de Bizkaia cercana y comprometida con colectivos en dificultad “una labor socio-caritativa que se ha incrementado durante la pandemia gracias al esfuerzo del personal y de muchas personas voluntarias que han dado lo mejor de ellas”.
Algunos datos económicos
Los ingresos de la Diócesis de Bilbao durante el 2020 han ascendido a 36.633.584 €. La mayor parte, el 61%, proviene de ingresos propios, aportaciones de fieles y donativos. Se han destinado 36.903.972 € a la pastoral, mayoritariamente (el 43%) a Caritas, Misiones y Manos Unidas. La reducción de aportaciones en los templos durante la pandemia ha sido notorio, un 26% y como consecuencia, las pérdidas en las parroquias han sido de 700 mil euros. Los gastos de Caritas Bizkaia han aumentado un 24%.
Preocupaciones de la Iglesia de Bizkaia
“Seguiremos acompañando junto a otras instituciones públicas y privadas, a las personas más necesitadas de esta sociedad”, ha señalado el obispo de Bilbao al finalizar su intervención. En este sentido, ha recordado que el próximo 13-14 de noviembre la Iglesia de Bizkaia celebrará la V Jornada Mundial de los Pobres con acciones de visibilización y sensibilización. Una de las respuestas que ofrece a estas situaciones la Diócesis desde Caritas Bizkaia se materializa en el centro `Hontza´ uno de los recursos que Caritas Bizkaia pone al servicio de las personas más necesitadas.
El recurso `Hontza´
El centro nocturno para personas sin hogar y con adicciones en activo cumple 20 años. Se inició en Zamakola en el 2001 y dos años más tarde se trasladó a su actual ubicación, en los locales de la iglesia de San Antón. Este verano se han acometido algunas reformas en el local. “Se ha podido acondicionar una habitación para las mujeres”, ha señalado Gema Orbe. El recurso ofrece un lugar para dormir, café-calor y proximidad. Durante el 2020 se ha atendido a un total de 453 personas distintas, la mayoría nacionales.