Con motivo de la presentación en Madrid del 21 Congreso Católicos y Vida Pública, el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha abordado la importancia de la educación en la misión de la Iglesia, en un momento en el que “la escuela y la universidad atraviesan una crisis muy profunda, la de una sociedad laicista, secularizada, sin Dios”.
Es, dijo, una crisis que proviene del “constante cuestionamiento de los valores fundamentales que durante miles de años han apoyado, enseñado, educado y estructurado al hombre internamente”.
La crisis es grave, dijo, “dada la atmósfera atea o de indiferencia hacia las cuestiones religiosas o morales en la que se encuentran impregnadas la educación y las estructuras escolares”. En este sentido, el prefecto ha destacado la necesidad de entender que “el núcleo del acto educativo es que la persona educada adquiera las virtudes que le permitan desplegar y estructurar su humanidad y su personalidad de acuerdo con la verdad que les es intrínseca”.
¿La familia se rinde y pide ser reemplazada por la escuela?
Para ello, además de la escuela y la universidad, “la familia es la primera célula que puede proporcionar esta fantástica carga emocional, en medio de la confusión de ideas, de ideologías, del desorden de información e impresiones que asaltan por todos lados a muchos jóvenes”. Sin embargo, el prefecto ha apuntado que precisamente la familia “por desgracia, está desestructurada, demolida, desmantelada; y con frecuencia, en nuestros días, pide ser reemplazada por la escuela”.
Para el prefecto, el Occidente posmoderno ha optado por el abandono sistemático de la herencia moral del cristianismo y las raíces cristianas. En esta línea, el cardenal Sarah ha indicado que, en las últimas décadas, “algunos en la Iglesia han abandonado el campo de la educación, influidos e impresionados por la crisis de transmisión y por la revolución cultural que hemos conocido en muchos de nuestros países”.
Para promover la verdad de la persona, el cardenal Sarah ha destacado la necesidad de una educación en virtudes intelectuales y morales, que considere lo humano en toda su rectitud. “La crisis antropológica y moral sin precedentes que atraviesa nuestro tiempo exige que la Iglesia asuma una mayor responsabilidad y compromiso para proponer su enseñanza doctrinal y moral de modo claro, preciso y firme”, ha concluido.
Congreso Católicos y Vida Pública: Libertad para educar
El Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y su obra, la Fundación Universitaria San Pablo CEU, se celebrará durante los días 15, 16 y 17 de noviembre, bajo el título ‘Libertad para educar, libertad para elegir’, en el Campus de Moncloa de la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Está concebido como un punto de encuentro y reflexión que, como cada año, presentará importantes novedades: ponentes internacionales, talleres de trabajo, debates interuniversitarios, espacios para el encuentro de niños y jóvenes, actos culturales, etc.