Como cada año, y este 2019 cumple ya 25, cientos de familias y jóvenes de Juventud y Familia Misionera se ponen en esta Semana Santa al servicio de la Nueva Evangelización para servir y ayudar en lugares de España en los que hay necesidad de sacerdotes o en los que su ayuda puede ser muy bienvenida.
En esta edición, 970 personas han dicho “sí” a esta propuesta y se pondrán 100% al servicio de los párrocos diocesanos con gran carga de trabajo en el momento litúrgico más importante del año, desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección. La labor de estos misioneros consiste en dar testimonio de su fe por las calles y las casas, ayudar a preparar los oficios y las celebraciones, visitar a los ancianos y los enfermos, y ser testimonio de jóvenes y familias que con su presencia y alegría pueden ayudar a otros a preguntarse por la fe, y a encontrarse con el amor de Dios.
A Murcia acuden 149 jóvenes y adolescentes de toda España para apoyar en 5 parroquias de Cartagena. Otros pequeños grupos misionarán en Solsona (Lérida) o Ponferrada (León). Huesca acogerá a 36 adolescentes que apoyarán en pueblos de la diócesis de Barbastro-Monzón y, por su parte, 157 familias (302 adultos y 374 niños) ayudarán a párrocos en zonas rurales de Asturias, Ávila, Albacete, Castellón, Cáceres, Gerona, León, Segovia y Teruel. Con los misioneros también participan en las misiones unos 31 legionarios de Cristo y 30 consagradas y laicos consagrados del Regnum Christi.
Contagiar la fe en familia sirviendo a los párrocos
“Las misiones de Semana Santa tienen un objetivo principal: ayudar a los párrocos en un momento tan potente y fuerte para el cristiano como es la Semana Santa, y ser testigos”, explica Jorge Barco, director de Familia Misionera. “Tienen un segundo pilar: compartir esta experiencia con otras familias, porque las familias necesitamos estar cerca de otras familias para compartir la fe, transmitirla a nuestros hijos, y anunciar a Cristo”, explica. Él y su mujer irán de misiones con sus 6 hijos a Burgohondo (Ávila) donde con otras 21 familias apoyarán a D. Federico, el párroco del lugar.
“Quien ve a un cristiano ve a Cristo mismo”
Muchas familias van de misiones para dar testimonio a sus hijos, para enseñarles a vivir la fe en primera persona y al servicio de los párrocos, y para compartir la fe con otras familias. “Desde nuestro primer año de matrimonio teníamos claro que queríamos vivir la Semana Santa como misioneros”, cuentan Marilys y Javier, de Valencia. Tienen tres hijos y van de misiones a la zona de Viver, Villanueva de Viver, Fuente la Reina y los Calpes, en la diócesis de Segorbe Castellón, para ayudar a Don Alexander Alzate, el párroco: “Uno de los momentos que más nos han impactado en estos tres años fue cuando unos niños del pueblo, viendo la alegría y el recogimiento del grupo, se acercaron a preguntarnos qué era lo que hacíamos”, cuentan. “Nuestros hijos misioneros fueron explicándoles con mucha sencillez lo que allí estaba ocurriendo. Les regalamos un Rosario y nos pidieron que les enseñáramos a rezarlo, pues nunca habían oído hablar del Padre Nuestro o del Avemaría”, recuerdan.
Don Alexander Alzate, de 37 años, cuenta que las familias misioneras son “una presencia que ilusiona, que llama e invita al seguimiento de Jesús” a sus feligreses. Asegura que muestran “algo distinto”, “que la gente se cuestiona” y que “no se queda indiferente”. “En definitiva, ver cristianos es lo que hace despertar el deseo de serlo, pues quien ve a un cristiano ve a Cristo mismo”, concluye.
Muchas familias misioneras proceden de los colegios Regnum Christi de España, como Everest Monteclaro, Highlands Los Fresnos, Highlands El Encinar, Highlands Sevilla, Cumbres School Valencia, Reial Monestir de Santa Isabel o Highlands Barcelona.