En la catedral de la Almudena, el presidente del club, Florentino Pérez, explicó que este "prodigio" deportivo solo se puede lograr cultivando «el compañerismo», el «afán de superación» y «el trabajo diario de una plantilla que cuenta con una afición que está a su lado y que le impulsa en cada momento».
En un breve acto litúrgico, el defensa central Jesús Vallejo leyó las preces, las peticiones del club a Dios, por intercesión de la Virgen de la Almudena.
Los capitanes del equipo, Sergio Ramos y Marcelo, llevaron la copa ante la imagen de la patrona de Madrid.
Hacía varios años, desde 2006, que el Real Madrid, cuya patrona como club es en realidad la Virgen de la Paloma, no visitaba la catedral de la ciudad con un título, como recuerda el digital diocesano Alfa y Omega.
Por eso es significativo que esta vez el club sí decidiera hacer una parada en la catedral como parte de la celebración del triunfo.
El nuevo obispo auxiliar de Madrid, Jesús Vidal -en nombre del cardenal Osoro, ausente por una importante dolencia de espalda- dirigió unas palabras a los jugadores y la afición. Recordó que la catedral es «la casa de todos los madrileños».
También dijo a los jugadores que «muchos chavales os miran», «es importante vuestro ejemplo de vida». El obispo, como el presidente del club, apreció también la importancia del «valor del esfuerzo» o del trabajo en equipo, que permiten alcanzar éxitos.
En la catedral había estrellas de estos días brillantes, como Gareth Bale o Cristiano Ronaldo, y también personajes de la historia del club que ocupan cargos de responsabilidad, como Chendo o Butragueño.