Según los datos presentados, tanto el número de participantes en los programas e itinerarios de empleo de Cáritas en 2017 como las personas que han conseguido un puesto de trabajo mantienen la misma tendencia de años anteriores. Lo mismo cabe decir de los 3.275 voluntarios y los 1.003 contratados que están detrás del funcionamiento de los programas de empleo.
El perfil mayoritario de las personas que han participado en algunas de los cuatro procesos de inserción laboral de Cáritas –servicios de acogida y orientación para el empleo, actividades de formación, intermediación laboral y acciones de autoempleo— son en su mayoría españolas (51%, ante el 49% de extranjeros), mujeres (64%) y mayores de 45 años (el 34%. De entre 36 y 45 años son el 29%; de 25 a 35 años el 25%; y de entre 16 y 24 años el 12%).
En cuanto a su nivel formativo, la mayoría, el 44%, tienen formación básica, el 25% estudios secundarios, el 16% son bachilleres y el 7% universitarios.
En volumen de recursos, el importe total de la actividad económica desarrollada por Cáritas Española en actividades de empleo y de economía solidaria el último año asciende a 75.874.830 euros.
De estos, 36.951.556 euros corresponden a los recursos destinados por todas las Cáritas Diocesanas a sus programas de empleo y 38.923.274 euros a la facturación de las tiendas de comercio justo y las entidades de economía social. Según la organización, este reparto demuestra el carácter circular del modelo de economía solidaria, al revertir en recursos generados los recursos invertidos.
La red que forman en la actualidad Cáritas y las 57 entidades de economía social existentes en todo el país se consolida de año en año, si se tiene en cuenta que en 2013 eran únicamente 37. En 2017, esta red, que desarrolla su actividad en 99 líneas de negocio en diferentes sectores productivos, sostuvo 1.531 puestos de trabajo, 671 de ellos empleos de inserción reservados para personas en situación de exclusión.
Los fondos destinados por la Confederación Cáritas han sido aportados tanto por donantes privados, como por las distintas Administraciones públicas y el Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES) 2014-2020 del Fondo Social Europeo.
El informe “Economía y Personas” detalla también la opción de Cáritas por las finanzas éticas, en coherencia con las “Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero” presentadas el pasado 18 de mayo en el Vaticano por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.
En la actualidad hay 43 Cáritas Diocesanas en toda España que tienen relación con alguna banca ética, que es un instrumento financiero al servicio de la transformación social mediante la financiación de proyectos de economía social y solidaria.
En esta relación, las Cáritas Diocesanas cuentan ya con un importe activo total de 2.936.477€ y un importe pasivo de 1.959.617 euros.
La actividad realizada por la Confederación Cáritas en empleo y economía solidaria se lleva a cabo en un contexto de recuperación económica que, como explicó Francisco Lorenzo, “a la luz de la experiencia diaria de Cáritas con las personas que acompañamos, debe ser matizado por cuatro motivos principales, como son que la recuperación no está llegando a todas las familias, la desigualdad se está enquistando en nuestra sociedad, la puerta del empleo sigue cerrada para muchas personas y el mercado laboral no asegura unas condiciones de vida dignas”.
Junto a ello, se detectan “ciertas debilidades en nuestro proceso de recuperación económica, ya que no se están resolviendo déficits estructurales, como la persistencia de elevados niveles de privación material, de exclusión social y de pobreza relativa, que ya estaban presentes en 2008, como ya entonces alertaron FOESSA y Cáritas”.
En esta realidad social en la que siguen presentes importantes problemas de exclusión, “nuestra apuesta –señaló el director de Desarrollo Social de Cáritas— es generar empleo y riqueza, pero sin olvidarnos de que son las personas y su dignidad, y las comunidades, la referencia de nuestro trabajo”. Por eso, añadió, “en Cáritas apostamos por otra forma de hacer economía: la economía solidaria, en la que la persona y su dignidad, y en la que las comunidades se encuentran en el centro”.