Durante estos últimos días se ha conocido como la Iglesia se está volcando en la lucha contra la pandemia del coronavirus. Y de una manera muy concreta lo están haciendo en numerosos conventos, muchos de ellos de clausura.
En estos conventos han dejado su trabajo diario y se han puesto al servicio de las autoridades para realizar mascarillas, batas u otro material necesario y que escasea de manera preocupante en los hospitales.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda de esta entrega total por parte de estas religiosas está la necesidad cada vez más acuciante incluso para poder comer. Cabe recordar que muchos conventos viven humildemente gracias a las ventas que realizan o directamente de la misma providencia, de personas que les llevan dinero o comida.
Conventos y monasterios, sin ingresos
El confinamiento y la situación excepcional que se vive en España ha provocado que muchos conventos se hayan quedado sin ingresos y en otros que la ayuda que reciben se haya reducido hasta tal punto de lanzar un mensaje de auxilio.
Poco a poco se van conociendo las necesidades de estos conventos en algunos medios, pero en la práctica deben ser muchos los que necesiten la ayuda de los católicos para poder comer o pagar las próximas facturas.
El Diario de Navarra se hace eco del llamamiento urgente de las Hermanitas de los Pobres de Pamplona, que se dedican en exclusiva a los ancianos necesitados y que vive de la providencia. Sin embargo, la pandemia ha mermado buen parte de sus ayudas.
Comida para los ancianos pobres
La superiora, María Dolores Ponce, explica que desde hace un tiempo no reciben la donación diaria que les llegaba de un supermercado y que llenaba los frigoríficos y la despensa de la residencia.
“Nos dijeron que cerraban las donaciones hasta que terminase todo esto y aunque hay colaboradores que lanzaron una llamada, hemos empezados ya a notar algunas necesidades. Aquí por ejemplo nos llegaba a diario carne, que aunque era en pequeñas cantidades íbamos guardando en el congelador para acumular y luego cocinarla. Pero también nos mandaba yogures, queso fresco, y toda la bollería que se consume en la residencia. Ahora nos falta leche y yogures, que son productos que los ancianos consumen a diario. Galletas todavía tenemos, pero también empezarán a faltar. Y como queremos evitar utilizar las servilletas de tela, nos hacen falta servilletas de papel”,
“Vivimos de la caridad y en buena parte de lo que consiguen traer a casa las dos hermanas que se dedican todos los días a recorrer las calles de Pamplona y visitar los domicilios de los benefactores para pedirles su ayuda. Pero desde febrero esas dos hermanas no pueden salir y muchas de esas aportaciones no nos llegan porque son de gente mayor que no tiene otro medio de entregarlas que en mano”.
El llamamiento de María Dolores Ponce se convierte aquí en ruego, al pensar que en dos días tendrá que hacer frente al pago de las nóminas del personal y que la compra de alimentos para los residentes es un gasto forzoso. “Los navarros, y en especial los pamploneses siempre se han portado muy bien con nosotras”, agradece. (Puede ayudar a estas religiosas pinchando AQUÍ).
Ayuda en Toro
Por ejemplo, en la localidad zamorana de Toro el servicio de Protección Civil está dando su servicio de ayuda a domicilio a los monasterios y conventos de la localidad. Las autoridades municipales precisaron que las religiosas de clausura recibían ayuda externa de toresanos que, por la obligación de permanecer confinados en sus viviendas, no pueden desplazarse hasta los edificios religiosos y, por este motivo, Protección Civil es la que atiende ahora necesidades básicas durante el estado de alarma.
En Iesu Communio, nuevo instituto religioso con más de 200 religiosas y en su gran mayoría jóvenes. Con dos casas, una en La Aguilera y otra en Godella, han visto reducir gravemente sus ingresos al reducirse casi por completo la actividad del obrador con el que elaboraban los dulces y suspender las visitas de grupos al convento, momento en el que vendían y recibían ayudas.
A través de las redes sociales circuló un mensaje de petición de Iesu Communio ante estas “necesidades” en la que se ofrecía la posibilidad de donar desde la página oficial del Instituto. (Puede ayudarlas AQUÍ). Las religiosas se han mostrado a través de un comunicado "abrumadas" ante la cantidad de ayuda recibida pero han especificado que "gracias a Dios y a todos los que nos ayudáis y nos sostenéis no nos encontramos" en una situación de penuria.
"Todo ha respondido al cariño de una persona que se interesó por nosotras y se hizo cargo de nuestra situación, y con sencillez se dirigió a un entorno suyo concreto. Mi sorpresa ha sido leer algún WhatsApp que, aunque escrito sin duda desde el aprecio a nuestro instituto, ha acabado alcanzando dimensiones que no expresan nuestro sentir, especialmente en estos momentos en que tantos hermanos nuestros viven situaciones muy sufrientes", recuerdan las monjas de Iesu Communio.
La ayuda a los conventos cercanos a casa
Sin embargo, como estos casos habrá seguramente muchos más. Contactar con los conventos cercanos a casa para ver qué necesidades tienen puede ser una opción para ayudar a estas religiosas que dedican su vida a rezar por todos o en ayudar a los más desfavorecidos.
La fundación De Clausura tiene un buscador de conventos por provincias en los que puede localizar los más cercanos a sus domicilios por si siente la llamada a ayudar a estas comunidades.