En el digital CatDialeg.cat se asombran del entusiasmo por Pepe Rubianes (que siempre se significó en el ámbito de la izquierda más bien radical) y el olvido de muchos otros actores que sin duda fueron mucho más populares y vivieron gran parte de su vida en Cataluña: Joan Capri, Eugeni Jofra, Mary Santpere (la "reina del paralelo", que murió ya en 1992), el famoso humorista Miguel Gila y el popularísimo Paco Martínez Soria, que vivió toda su vida, desde los 5 años, en Barcelona y murió en 1982.
El caso de Paco Martínez Soria es elocuente: tiene una calle dedicada en su Tarazona natal, otra en Zaragoza y una glorieta en Madrid, en el distrito de Palomeras Bajas.
En Barcelona, donde vivió siempre, nada.
Quizá ayudaría recordar a la alcaldesa que Paco Martínez Soria estuvo en el sindicato anarquista CNT (cuando la República obligó a sindicarse en 1936).
El pasado 15 de abril, Manuel Arenas en El Periódico publicaba una interesante entrevista al hijo del actor, que nació en 1934 y también se llama Paco Martínez-Soria y es monje en el monasterio de Poblet. Habla de su vocación religiosa y como la valoró su padre... y como el famoso actor era ignorado en la "Enciclopedia Catalana" hasta que se quejó a Jordi Pujol, que lo hizo incluir.
-Cuando nací me pusieron Francesc d'Assís Martínez Ramos. Hasta que mi padre dijo que, como yo no tenía hijos y tengo 3 hermanas, quería que su apellido no se perdiera, y lo arreglaron para llamarme 'Martínez-Soria Ramos', con guion.
-Empecé la carrera de Farmacia porque me encantaba la ciencia. Seguí en contacto con los escolapios que me habían formado como cristiano y creamos el Centro Escolapio de Montaña, donde sentí la vocación de enseñar a jóvenes. A los 21 empecé mi carrera sacerdotal y en el 62 me ordenaron sacerdote.
-No, estudié 2 años. Mi padre me dijo: "Hombre, yo pensaba que serías un buen farmacéutico y ahora resulta que quieres ser cura...". Le costó digerirlo, pero al final fue quien mejor entendió mi religiosidad. Cuando en los 60 algunos escolapios lo dejaban, me llegó a decir: "Hijo mío, no me darás el disgusto de dejar lo que tanto me costó aceptar".
-Una vez vine a Poblet de retiro espiritual con jóvenes que querían ser sacerdotes. Era la primera vez que pisaba Poblet y aquella tarde pedí quedarme. A un escolapio le dije: "Te digo una cosa muy seria: como escolapio no voy bien, quiero cambiar de vida y ser monje aquí". Me contestó: "Estás loco". Ahora que llevo aquí 28 años lo recordamos y bromeamos.
-Para ser un buen escolapio hay que ser un buen monje: oración, vida privada, clausura...y yo salía mucho: tenía moto, iba a bañarme a la playa cada día, era profesor de judo...yo pienso que había arrinconado un poco a nuestro Señor.
-No, murió en el 82 y mi madre en el 88. Yo entré en el 90: no sé si con mis padres vivos hubiera podido, porque es un salto muy grande eso de no poder irles a ver.
-Me levanto a las 3:50 h y rezamos varias veces hasta la noche. También trabajo en la lavandería haciendo la 'calçotada', es decir, doblando calzoncillos (ríe). Vivimos en clausura pero no estamos desconectados: quien quiere lee el diario, escucha la radio o tiene móvil.
-Oh, siempre. Y yo no soy de ningún partido: soy universal, como mi padre, que me decía: "Paquito, papá ha hecho reír a toda España y es de toda España". Y es verdad: él iba por todas las provincias y era muy querido...aquí en Cataluña estuvo desde los 5 años, sin embargo no tiene ni un monumento; en Aragón sí tiene, y eso que nunca ha vivido allí. Aquí no son agradecidos con algunas cosas.
-Una vez, con mi padre en cuerpo presente en el cementerio de Cabrera de Mar, le dije a [Jordi] Pujol, con quien he mantenido una amistad a raíz de esto: "Lamento que en la Enciclopedia Catalana, llena de futbolistas, no esté mi padre como artista". Al cabo de 15 días me citaron en la Generalitat y me recibió Pujol. Me dijo: "Padre, usted me dijo delante del cadáver de su padre una cosa que yo dije: 'Este hombre tiene toda la razón'". Y siguió: "Nos hemos dejado al Martínez Soria". Me garantizó que mi padre tendría una página, y así fue.
Paco Martínez Soria, como cura veterano, en "Se armó el belén", habla del misterio de la vocación; el actor no tiene ninguna placa, plaza ni calle en Cataluña
Pepe Rubianes hablando sobre la unidad de España en una entrevista, con un discurso ¿complejo, elaborado, lleno de finos matices y con humor de trabajada inteligencia?; ya tenía una plaza y ahora Ada Colau le da la calle dedicada al Almirante Cervera