La Conferencia Episcopal Española ha lanzado por segundo año consecutivo la campaña Me apunto a Religión, dedicada especialmente a los adolescentes y jóvenes que ya no se inscriben o que nunca se han apuntado a esta asignatura, en la que este curso ha habido un incremento de matriculación.

El director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal, José Gabriel Vera, aseguró en rueda de prensa que a falta de datos oficiales sobre este curso 201718, ha habido "un incremento notable de la asistencia" a clases de esta materia en muchas diócesis.

Las claves para animar a inscribirse en Religión
La campaña, presentada con motivo de la apertura del periodo de matriculación para el curso próximo, quiere mostrar el valor e importancia de esta signatura "para el bien de la formación de los alumnos y la sociedad", destacaron el presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, César Franco; y la profesora de Religión Elena Ruiz.



"Cuestiónate por qué no te apuntas a clase de Religión al igual que te planteas otros temas en tu vida" es el argumento de partida de un vídeo que está ya en las redes sociales.

Dar a conocer la asignatura, recordar que supone un pequeño marco de libertad para los padres y alumnos, y animar a la inscripción son los tres objetivos de la campaña.

Campaña destinada a los que no cursan la asignatura
Monseñor Franco resaltó además que se trata de la primera vez que la Iglesia se dirige a adolescentes (a partir de 1213 años) que no se apuntan a esta materia, y les ha animado por ser "una opción buena, necesaria y consolidada".


La campaña fue presentada por el obispo de Segovia, monseñor César Franco

Según los obispos, la clase de Religión es reclamada por más del 60 % de la población escolar en los niveles de Infantil, Primaria y Secundari, y es seguida por 3,5 millones de alumnos (datos del curso 201617).

La potestad de los padres
Hay 30.000 profesores de Religión y la presencia de la Iglesia se realiza a través de 2.600 centros educativos, 400 de ellos de educación especial; además, se ofrece educación a 70.000 estudiantes inmigrantes.

"Los niños no son del Estado ni de sus padres pero su educación sí depende de los progenitores, que pueden escoger la formación que quieran para ellos", insistió Franco.

La Constitución cuando habla de la finalidad de la educación es la de formar integralmente a las personas, y la Iglesia cree que para ello se necesita un bagaje de conocimientos religiosos razonables, según Franco, para quien un mundo con educación religiosa es "más justo, misericordioso y aporta un plus de humanismo".