“Sólo con una Ley Integral de Familia donde se apoye y proteja realmente a esta institución podremos alcanzar la verdadera conciliación”, ha declarado.
García-Juliá quiso destacar que “la corresponsabilidad no es algo mágico ni va a aparecer por muchas medidas que se tomen. Para que exista, antes cada uno debe asumir la responsabilidad propia y apostar por un proyecto común”, que es el cuidado de los hijos en familia.
“El cuidado del hogar y la educación de los hijos es cosa de la pareja, y su buena marcha es responsabilidad de los dos. No se trata de dividirse al 50% las cosas, sino de hacer lo necesario para que todo esté como debe. Unas semanas tocará 30-70%, otras 80-20%...”
Una vez tenemos esto claro, “el Gobierno tiene que ver que apostar por la conciliación es apostar por la productividad. Favorecer el equilibrio entre la vida familiar y la laboral repercutirá en familias más fuertes, niños más atendidos y menos estrés tanto en los hogares como en los trabajos”.
Además, “invertir en las familias es una inversión segura. Cada hijo devuelve al Estado 5 veces lo que éste ha gastado en él. Además, se favorecería la natalidad, clave para revertir el invierno demográfico y garantizar el sistema de pensiones”. Señala el presidente.
Por ello, es necesaria una norma fuerte, una Ley que armonice el tratamiento a la institución familiar en todo el país. Una ley con medidas económicas que vayan más allá de medidas natalistas puntuales. Un ejemplo sería la prestación por hijo a cargo mientras éste estudia y depende de los padres, hasta los 25 años.
Más ideas: la inclusión del tramo de Educación Infantil de 0-3 años en la enseñanza gratuita y favorecer la creación de guarderías cerca de los lugares de trabajo; rebajar el IVA de los productos de primera necesidad de los bebés…”.
Asimismo, añadió, son necesarias medidas sociales y educativas, apostando por la corresponsabilidad desde pequeños, tanto en el hogar como en las escuelas.