El Patronato de Acción Social de la Fundación CARF entrega cada año más de 60 estuches de Vasos Sagrados completos a diáconos y sacerdotes de todo el mundo que estudian en Pamplona y Roma.
Son sacerdotes recién ordenados, que regresan a sus países para desarrollar su labor pastoral. En muchas ocasiones, deben celebrar la santa Misa o impartir sacramentos en lugares remotos o parroquias carentes de medios.
El estuche de Vasos Sagrados contiene todo lo necesario para celebrar dignamente la santa Misa en cualquier lugar, sin necesidad de contar con una instalación previa.
"En el cumpleaños de mi abuela"
El P. Douglas Lyra da Silva, párroco de la Arquidiócesis de São Sebastião do Rio de Janeiro y antiguo alumno del Seminario Internacional Bidasoa (Pamplona) nos cuenta en un testimonio de qué manera le ha servido este estuche de Vasos Sagrados.
El padre Douglas utiliza los vasos sagrados que le regaló CARF.
“El estuche que recibí me ha ayudado en varias ocasiones. Uno de los momentos más entrañables fue cuando utilicé todos los vasos sagrados y todos los elementos al completo en el cumpleaños de mi abuela en su residencia.
Administrar la Unción
Este regalo es un gran servicio para la asistencia a los enfermos en las residencias de mayores y hospitales. Llevo el santo aceite y el aspersorio para administrar la Unción.
No hay palabras para describir la alegría que nuestros hermanitos enfermos sienten al recibir el consuelo y aliento del sacerdote. Los sacramentos les alivia de su dolor. En estos momentos, no está solo el sacerdote delante ellos, sino también todos los benefactores que posibilitarán el ejercicio del ministerio con dignidad.
Durante el Covid
También me sirvió enormemente cuando celebré la Santa Misa en mi habitación porque tuve que confinarme y quedarme me aislado por el COVID el pasado enero.
Y además, gracias al estuche de vasos sagrados, he podido celebrar la Santa Misa en el “pico de la Bandera” en una jornada con los jóvenes.
Recuerdos de Bidasoa
Hace ya cinco años que he vuelto a mi archidiócesis, en la ciudad de Rio de Janeiro – Brasil. Estudié y residí en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa de 2012 a 2016. Mi rector fue Don Miguel Ángel Marco de Carlos, el formador responsable Don Emilio Forte López y el director espiritual Don Joaquín Sedano.
Uno de los buenos recuerdos que tengo de esos cuatro años fueron los trabajos que solicitaron de servicios informáticos, la construcción de la página web y la transmisión en directo de las ordenaciones en la Iglesia San Nicolás, cuando aún eran escasos los medios. Fue una aventura.
Realizaba todo con mucho gusto y en aquel entonces fue para mí un camino de santificación, de servicio a los hermanos y de gratitud hacia Bidasoa, un hogar que nos forman en el Amor del Corazón de Jesús.
Ordenado sacerdote a los 31 años
Fui ordenado sacerdote a los 31 años, el 13 de agosto de 2016, en mi parroquia de origen, San Blas, en el barrio de Madureira donde crecí, en uno de los suburbios de la ciudad.
Ahora, desempeño los trabajos pastorales en la parroquia Corazón Eucarístico de Jesús, en la zona más periférica de Rio de Janeiro. Llegué aquí siendo aún diácono y tras la ordenación, me quedé como Vicario Parroquial, hasta mi nombramiento como párroco el 5 de marzo de 2018.
Cuatro años como párroco
Aquí, además de la Iglesia matriz, tenemos otras seis parroquias filiales: San Miguel Arcángel, San Sebastián y San Jorge, Nuestra Señora de la Cabeza y San Lucas, Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de las Gracias de la Medalla Miraculosa, San Pedro. De estas, 4 están aún en construcción.
De estos 4 años como párroco, dos se han desarrollado en medio de la pandemia de COVID. Muchos se aislaron con miedo en sus hogares. Pero los sacerdotes hemos seguimos trabajando, celebrando la misa y retransmitiendo en las redes sociales, incluso cuando tuvimos que cerrar las puertas (no hubo celebración publica durante algún tiempo).
También, acudimos muchas veces al cementerio, para enterrar a las víctimas del virus. Y en ocasiones, hemos impartido la comunión y unción a los mayores que lo necesitaban. La misión no paró, a pesar del riesgo.
Acompañar a las vocaciones
Actualmente, el obispo me ha encargado la tarea de acompañar a las vocaciones en el vicariato o región «Oeste» de la ciudad: soy el director espiritual del apostolado de la oración en el Vicariato. Además, coordino dos grupos de parejas de los «equipos de nuestra señora», y también soy miembro del consejo presbiteral de la archidiócesis.
Los desafíos de Brasil
Creo que en la región urbana en la que me encuentro el trabajo se dirige a las parejas, niños y jóvenes, para que miren a la fe con cercanía y como respuesta a la crisis existencial que llevan a las malas dependencias de todos los tipos, y a la pérdida del sentido de la vida y del valor de una vida en comunidad.
Hay muchas distracciones principalmente en internet, que les inducen a prácticas y concepciones no cristianas, basadas en una pérfida ‘libertad’, en el ‘click por visibilidad’ y en el ‘consumismo’ que no sacia el alma.
Hay aún la pérdida de la catequesis y transmisión de la fe en el seno familiar, porque ya son pocos los matrimonios cristianos, que ahoga en una perspectiva sombría en dirección a la oscuridad el futuro de la cristiandad.
Agradecimiento a los benefactores de CARF
Por último, quiero despedirme agradeciendo a los benefactores de Centro Académico Romano Fundación el estuche de Vasos Sagrados, y por la dedicación en ofrecer condiciones para una buena formación a los sacerdotes de las diócesis de todo el mundo.