El Ayuntamiento de Madrid, que gobierna la comunista Manuela Carmena, homenajeará con un memorial en el cementerio de la Almudena a 2934 personas fusiladas al finalizar la guerra civil, entre los años 1939 y 1944. Entre ellas se encuentran 335 miembros de las checas de tortura que aterrorizaron la ciudad, en poder del Frente Popular durante toda la contienda (19361939).

Se da la circunstancia de que los datos sobre esos chequistas aparecen en un libro de uno de los expertos contratados por el Ayuntamiento para preparar el memoria, Manuel García Muñoz, autor de Los fusilamientos de la Almudena (La Esfera de los Libros).

Según informa ABC, al menos 134 de esos homenajeados participaron activamente en matanzas y asesinatos organizados desde esos centros de detención y torturas que dejaron, según historiadores como Alfonso Bullón de Mendoza, 2.625 muertos solo en la capital. 

Entre esos nombres figura, por ejemplo, Santiago Aliques Bermúdez, uno de los más activos miembros de la checa anarquista del Cinema Europa, en la calle Bravo Murillo, a la que se atribuyen cientos de asesinatos, como la saca de la cárcel de Ventas o el asalto a la Cárcel Modelo del 22 de agosto de 1936, en el que fueron asesinados, entre otros, tres ex ministros de la Segunda República (Melquiades Álvarez, José Martínez Velasco y Manuel Rico Avelló) y tres dirigentes de la oposición al Frente Popular en los meses previos al Alzamiento: Fernando Primo de Rivera, José María Albiñana y el aviador Julio Ruiz de Alda, partícipe en 1926 en la hazaña del vuelo del Plus Ultra.

En el memorial figurarán asimismo cuatro miembros de la banda conocida como Los Cinco Diablos Rojos (Gregorio García Sánchez, alias Goyo, Agustín González Dovar, alias El Gallego, Víctor Merinero García y Lucio González García, alias el Sereno), que participaron en la matanza del tren de Jaén, el 12 de agosto de 1936. Fue una de las peores masacres individuales de la guerra, estudiada por el historiador Santiago Mata en su libro El tren de la muerte (La Esfera de los Libros).


Las víctimas del tren de la muerte fueron asesinadas en Madrid, pero quien recibirá el homenaje de la alcaldesa madrileña no son ellas, sino sus asesinos.

El convoy partió de la ciudad andaluza camino de la cárcel de Alcalá de Henares, pero fue interceptado por milicianos a la altura del barrio madrileño de Vallecas. Allí hicieron bajar a los detenidos y asesinaron a 191 de ellos de un total de 240. Entre ellos, el obispo de Jaén, Manuel Basulto Jiménez, y su hermana. Sus respectivos asesinos materiales, Julián Sevilla Sáez, alias el Mataobispos, y Tomasa Velilla Hernández, figurarán también en la placa de Carmena y Podemos.

También podrán leerse nombres como el de Pedro Luis de Gálvez López, considerado responsable del asesinato, en Paracuellos del Jarama, del escritor Pedro Muñoz Seca, autor de comedia La venganza de Don Mendo; Juan Tomás Estelrich, que estaba al frente de la banda Los linces de la República; Felipe Marcos García-Redondo, jefe de los piquetes de ejecución de Paracuellos; Maximino de Frutos Llorente, quien según las crónicas de 1939, se jactó de haber rematado a golpes de pala a 80 víctimas.