En la ceremonia del sábado, después de que el canciller secretario del arzobispado, Alberto Andrés Domínguez, presentara a los elegidos con la lectura de los mandatos apostólicos, el cardenal agradeció al Señor la concesión de tres nuevos auxiliares que, «unidos al actual obispo auxiliar Juan Antonio», permitirán «dar noticia de Jesucristo y entregar completo el mensaje del Evangelio, con mayor presencia del pastor en medio de su pueblo».
El cardenal resumió su cometido en tres tareas: «hemos de ser pastores de una Iglesia que es comunidad del Resucitado», «cuerpo de Cristo» y «anticipación y promesa del Reino».
«Tengamos y vivamos desde la alegría, la fuerza y la convicción que da el Resucitado. No caigamos en la tibieza que termina siempre en la mediocridad. Sin la oración asidua, el pastor está expuesto a ese peligro de avergonzarse del Evangelio y buscar otras fuerzas para sostener su vida. No podemos ilusionarnos solo con nuestras fuerzas, con la abundancia de recursos o de estructuras, con estrategias organizativas. Hay que ilusionar la vida en el encuentro con el Resucitado», añadió.
«Huyamos de la tentación de las habladurías, de gestionar el tiempo para nosotros; el tiempo, mi tiempo, es para la comunidad. […] Que cuando terminemos nuestro ministerio seamos más pobres que cuando lo comenzamos. Que dimos la vida y damos lo que tenemos y somos», ha añadido.
Después de la homilía, se ha producido la promesa de los elegidos y el cardenal Osoro, el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini, y los numerosos obispos concelebrantes les han impuesto las manos en un signo de comunión de los sucesores de los apóstoles. Tras la unción de la cabeza, los ya obispos auxiliares de Madrid han recibido el libro de los Evangelios y sus insignias episcopales: el anillo, el solideo y la mitra.
José Cobo dijo en nombre de los tres: «Dios es misericordia, nosotros sus peregrinos. Esta mañana hemos entrado como peregrinos en la catedral, traemos a nuestras espaldas los pasos que hemos dado desde niños entre los rincones de la vida de esta Iglesia que camina en Madrid, y marchamos como nuevos peregrinos, consagrados pastores al estilo de Jesús herido, muerto y resucitado».
Junto al cardenal Osoro y a monseñor Martínez Camino –ha continuado– tienen «el encargo de caminar juntos sinodalmente, con los únicos medios de nuestras pobrezas, el alma agradecida, y dispuestos a servir como apóstoles a todos, en especial a los más pequeños y sedientos» y «continuar esta revolución de la ternura que, como dice nuestro Plan Diocesano de Evangelización, nos coloca entre todos, con todos y para todos».
Con los citados cardenal Osoro, cardenal Rouco Varela y monseñor Renzo Fratini, han concelebrado el arzobispo de Valladolid, cardenal Ricardo Blázquez; el arzobispo emérito de Sevilla, cardenal Carlos Amigo, OFM; el arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella; el arzobispo emérito de Barcelona, cardenal Lluis Martínez Sistach, y el arzobispo de Mérida (Venezuela), cardenal Baltazar Porras.
Además, han estado el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río; el arzobispo de Burgos, monseñor Fidel Herráez; el arzobispo de Zaragoza; monseñor Vicente Jiménez Zamora; el arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez; el arzobispo de Pamplona y Tudela, monseñor Francisco Pérez González; el arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza; el arzobispo y obispo de Urgel, monseñor Joan Enric Vives, y el arzobispo de San Juan de Puerto Rico, monseñor Roberto González Nieves.
Y los obispos de Alcalá de Henares (monseñor Juan Antonio Reig Plá), Segovia (monseñor César Franco), Lugo (monseñor Alfonso Carrasco), Málaga (monseñor Jesús Catalá), Mondoñedo-Ferrol (monseñor Luis Ángel de las Heras, CMF), Vitoria (monseñor Juan Carlos Elizalde), Córdoba (monseñor Demetrio Fernández González), Ávila (monseñor Jesús García Burillo); Teruel y Albarracín (monseñor Antonio Gómez Cantero), Tarazona (monseñor Eusebio Ignacio Hernández Sola, OAR), Palencia (monseñor Manuel Herrero, OSA), Ibiza (monseñor Vicente Juan Segura), Orense (monseñor José Leonardo Lemos), León (monseñor Julián López Martín), Osma-Soria (monseñor Abilio Martínez Varea), Solsona (monseñor Xavier Novell), Tui-Vigo (monseñor Luis Quinteiro) y Sigüenza-Guadalajara (monseñor Atilano Rodríguez); obispos auxiliares de Madrid (monseñor Juan Antonio Martínez Camino,SJ), Getafe (monseñor José Rico Pavés), Pamplona y Tudela (monseñor Juan Antonio Aznárez), Santiago de Compostela (monseñor Jesús Fernández) y Valencia (monseñor Arturo Pablo Ros); el administrador apostólico de Getafe, monseñor Joaquín María López de Andújar, y los obispos eméritos de Ciudad Real (monseñor Antonio Algora) y Segovia (monseñor Ángel Rubio).
De fuera de España han concelebrado el asesor de Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica monseñor Gustavo Óscar Zanchetta; el obispo de Ebibeyin (Guinea Ecuatorial), monseñor Miguel Ángel Nguema, SDB; el obispo auxiliar de Puerto Rico, monseñor Héctor Manuel Rivera, y el obispo de Ibarra (Ecuador), monseñor Valter Darío Maggi.
Y han estado presentes el nuncio de la Santa Sede en Rumanía, monseñor Miguel Maury; el secretario general de la Conferencial Episcopal, José María Gil Tamayo; los miembros del Colegio de Consultores, el Consejo Episcopal y el Consejo Presbiteral, y un elevado número de sacerdotes de la diócesis.
(Fotos de José Luis Bonaño e Ignacio Arregui en InfoMadrid)