Manos Unidas (www.manosunidas.org) ha trabajado en la provincia de Santa Elena, en Ecuador:
- con viviendas tras el terremoto de 2016; "la única asociación que ayudó así en nuestra provincia"
- con agua de riego para los agricultores, con una producción limpia (hay contaminantes que incluso generan deformaciones en los bebés)
- apoyando a las mujeres y su capacidad económica
"Cuando se actúa con amor se logra que los peces y panes se multipliquen. Con 36.000 euros se construyeron allí 23 casas tras el terremoto. No sé cuántas casas se construirían en Barcelona con ese dinero", comenta Zambrano con cierto humor.
"El milagro no es algo mágico, es la voluntad del amor, esas manos unidas que están en el logo; la gente más humilde daba algo, la gente traía la piedra del río, los materiales, y al final logramos el sueño", insiste.
Joan Martí, presidente de Manos Unidas en Barcelona, que también colabora en Cáritas, explica: "Sí, aquí en Barcelona podemos ver gente que pasa hambre, es así, pero en los países donde está Manos Unidas hay gente que muere de hambre, que es distinto".
También detalla que Manos Unidas siempre trabaja con "contrapartes" o socios locales, asociaciones eficaces y fiables del lugar. "Por ejemplo, no tiene sentido donar una bomba de agua para que tengan agua potable si luego se estropea, falta una pieza, y como no tienen transporte a la ciudad donde están los recambios vuelven a usar agua insalubre. Siempre trabajamos con socios locales que hacen un seguimiento, con el compromiso de la gente de allí de hacer suyo el proyecto".
Manos Unidas calcula que hay 815 millones de personas que sufren hambre en el mundo, la desnutrición crónica infantil afecta 155 millones de niños menores de 5 años y 15,3 millones de personas fueron desplazadas a causa de las crisis alimentarias que desencadenaron los conflictos.
Más proyectos de Manos Unidas en:
www.manosunidas.org/comparte-lo-que-importa
El testimonio de David Zambrano, en declaraciones a la diócesis de Barcelona