El presidente del Foro de la Familia, Ignacio García Juliá, se ha mostrado convencido, tal y como recoge Forum Libertas, de que la ley contra la discriminación al colectivo LGTBI impulsada por Unidos Podemos y admitida a trámite en el Parlamento, si se aprueba, “saturará los tribunales” porque “conculca los derechos de mucha gente que se va a ver agraviada” y no descarta que si se les obliga “a pasar por el aro de una minoría muy vociferante”, salgan a las calles a manifestarse, aunque prefieren agotar otras vías antes.
“Es una ley que al día siguiente de su publicación va a estar recurrida en los tribunales porque conculca tantos derechos que mucha gente se va a ver agraviada, creemos que saturará los tribunales”, ha señalado García Juliá.
Lo que más les preocupa en estos momentos son “los ataques a la libertad de pensamiento y de educación”. “Que nos impongan a los padres ideologías extrañas como educar a nuestros hijos, sin contar con nosotros, en aspectos tan claves y profundos para la familia como la forma de entender la sexualidad”, ha precisado.
En este sentido, critica que la ley LTGBI, a partir de su artículo 40, “lleva al aula toda la educación afectivo sexual” estableciendo que “tiene que haber visibilidad del mundo LGTBI, hacerlo visible y transversal en todas las asignaturas, y que hay que organizar cursos para la aceptación por parte de los padres”. “¿Y dónde está la libertad de los padres para elegir?”, se pregunta.
Para García Juliá, se trata de una ley “de privilegios” que defiende los “derechos de unas minorías que fuerzan a todos los demás a tener que coadyuvar a que esos derechos se ejerzan” mientras “los derechos de otros se ven cercenados”.
En este contexto, desde el Foro de la Familia creen que la primera acción debe ser dar a conocer la ley “artículo por artículo”. “Es un proyecto tremendo que no se sabe el alcance, que es todo: desde las Fuerzas de Seguridad del Estado hasta la empresa privada, desde las empresas de seguros a la educación, desde la universidad a la sanidad, está omnipresente, abarca todo“, insiste.
Otro paso que no descarta el presidente del Foro de la Familia es salir a la calle, aunque reconoce que “eso dependerá de cómo se lleve a cabo el trámite parlamentario, de cómo respondan las demás fuerzas políticas”. “Salir a la calle siempre ha sido una posibilidad, pero nos gustaría agotar todo antes porque salir a la calle parece que es un último recurso que no hay que agotarlo inmediatamente”, argumenta.
En cuanto a la representación parlamentaria, García Juliá lamenta que las familias, actualmente, se sienten “huérfanas de representación” porque “nadie defiende sus intereses reales del día a día”. En este sentido, ha puesto el ejemplo del IVA del 21 por ciento que tienen grabado artículos como los pañales, mientras “el de las revistas, incluida la pornografía, es reducido”.
También piden desde el Foro de la Familia una prestación universal por hijo a cargo para que el dinero no sea un obstáculo para las familias a la hora de tener más hijos e incluso los padres puedan elegir quedarse en casa a cuidar de ellos. Además, recuerda al Gobierno lo “rentables” que van a ser la sociedad cada uno de esos niños.
“Ahora mismo tenemos calculado que la rentabilidad de un hijo para el Estado es del 5,2 por ciento, aproximadamente. Es decir, cada niño que viene al mundo, entre lo que cuesta y lo que aporta a la sociedad, hay un beneficio del 5,2 por ciento, es una inversión muy rentable, y puede ser superior”, precisa.
Estas serían algunas de las medidas que, a su juicio, deberían ponerse en marcha para fomentar la natalidad. “La situación a la que hemos llegado de invierno demográfico y de abandono a la familia es tal que deberían ser un grupo de medidas”, apunta, al tiempo que enumera algunas más: fomento de la conciliación, teletrabajo y horarios racionales. “Todo ello –señala– crearía una cultura familiar que cambiaría drásticamente el panorama de la familia hoy”.
García Juliá considera que las propuestas que plantean son “sensatas”, aunque lamenta que a las asociaciones familiares no se las percibe como alguien “que quite o ponga votos”. Por ello, le gustaría que hubiera un “movimiento familiar fuerte” y que se les perciba como “razonables” e invita a todas las familias a que se asocien para defender sus derechos y luchar por ellos todas juntas.