Dimitri Conejo tiene 28 años y fue adoptado de niño, en el año 2000, en un orfanato de Rusia por un matrimonio español. En su familia biológica sufrió abandono y vivía en una chabola. Experimentó hambre, violencia y desprecios.
No conocía a Dios, pero Dios no lo abandonó: «En el orfanato no valíamos nada. Allí, Dios me escuchó».
Un día le dijeron que Dios era un padre bueno, que se preocupa por nosotros. Él tenía 7 años, se levantó y preguntó dónde estaba ese Dios porque de ellos, de los niños del orfanato, se había olvidado.
Le dieron cuatro iconos, una vela y un libro de oración, y lo animaron a rezar cada noche para ver cómo Dios le escuchaba. Y así empezó un camino de crecimiento en la fe y la confianza, acompañado de las bondades del Señor y adoptado por un matrimonio para vivir en España.
En su adolescencia se enfadó con Dios por un desengaño amoroso, y metió sus iconos en una caja. Dios lo buscó más adelante a través de un Cursillo de Cristiandad.
Hoy es ingeniero en telecomunicaciones y ha decidido dedicar su talento profesional a hacer posible que muchos puedan encontrarse con ese Dios que lo escuchó cuando nadie lo escuchaba, lo sacó del infierno en que vivía, lo esperó y lo buscó cuando Dimitri decidió vivir sin Él.
Su testimonio está ayudando mucho a jóvenes y adultos con heridas de su infancia o del ámbito familiar, carencias afectivas, y a las familias que han acogido o adoptado niños marcados por el abandono, el rechazo o la pérdida de sus padres.
La parroquia de Colmenar del Arroyo suele llenarse en las sesiones de testimonios de Asalto al Cielo
Dará testimonio en Colmenar del Arroyo el sábado 27 de enero en la Vigilia Asalto al Cielo en la parroquia Asunción de Nuestra Señora (Plaza de España s/n).
5h. Rezo del Rosario
6h. Testimonio
7h. Adoración
8h. Misa