El economista José María Gay de Liébana, que en octubre de 2018 anunció que sufría un cáncer con metástasis- ha muerto a los 68 años de edad. Era economista, abogado, profesor universitario y un gran divulgador de la economía en los medios de comunicación.
Hace años fue un pionero de la divulgación económica hablando de las crisis en el programa de TV La Sexta Noche. El público consideraba que hablaba "con sentido común" y que "se le entendía". En los últimos años, comentaba la actualidad en la Cadena Cope y en Trece.
Doctor en Economía y Derecho, era profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad de Barcelona y había dado clases también en otros centros de Barcelona como IQS, Esade o EAE.
La fe y el RCD Espanyol
En una entrevista en El País en 2014 explica que ya en mayo de 2006 le diagnosticaron un cáncer que debía operarse de inmediato: “Cuando estaba a punto de entrar en el quirófano tuve la intuición de que podía morirme, y una de las ideas que se me ocurrieron, a mí, que además de muy 'perico' soy muy creyente, fue dar gracias a Dios por haber podido despedirme de la vida dejando a mi equipo en Primera”.
Cada vez que se trataba de hablar de milagros, superación y adversidad se remitía a su militancia 'perica', es decir, del Real Club Deportivo Espanyol, el equipo de fútbol de Barcelona que, por decirlo suavemente, no suele ganar mucho.
En 2017, en el popular digital Voz Perica, explicaba: "Muchas veces me tengo que escuchar cosas por ser del Espanyol. Esto confirma algo, no todo el mundo puede ser del Espanyol, Dios nos eligió para ser del Espanyol".
Y en el Youtube del RCD Espanyol en 2020 insistía: “Somos de la casta perica… No todo el mundo ha sido elegido por el Todopoderoso para ser los apóstoles de la fe, de la adversidad, y sobre todo, de la capacidad de sufrimiento, por eso ahora somos nosotros los que tenemos que contagiar de ánimos a todo el mundo”-
Entrevistado en 2015 en La Verdad, afirmaba: "Mi situación es muy complicada porque soy del Espanyol, lo que ya es un acto heroico. Además, soy un catalán no independentista, lo que es otro acto heroico. Y encima cuando viajo por el resto de España siempre me preguntan si soy separatista; soy un incomprendido (risas)".
- Solo le queda encomendarse entonces a Dios, ¿cree en él? -le planteaban en La Verdad.
- Muchísimo. Soy creyente, católico, apostólico y romano, poco practicante, pero un gran creyente -respondía.
- ¿Qué mensaje le mandamos a Dios?
- Que nos envíe cordura y sensatez para hacer las cosas bien. Dios ya ha hecho mucho, porque nos ha puesto un mundo maravilloso.
En varias ocasiones defendió en los medios de comunicación marcar "la crucecita" de la Iglesia en la Declaración de la Renta y apoyar la escuela concertada "porque ahorra mucho dinero al Estado".
Así, entrevistado en 2017 en Alfa y Omega declaraba: "Las parroquias son centros de acogimiento, de ayuda, al servicio de los ciudadanos en momentos de crisis como el que estamos viviendo y yo creo que ese patrimonio la Iglesia lo pone en funcionamiento y lo pone al servicio de la sociedad".
Y sobre la escuela concertada: "Soy un gran amante de la escuela concertada. Creo que es importante, porque tiene que haber siempre un toque privado; porque si no, lo público ya sabemos que tiende a adoctrinar en función de los gobiernos de turno. Es bueno que los jóvenes tengan una cultura rica y que tengan puntos de vista universales, que sean objetivos y esto lo da la escuela concertada. Lo público también funciona bien, pero lo hace sobre todo cuando no hay políticos por medio. Es decir, que sin los políticos funciona genial; pero en el momento en que se politiza, ya eres aleccionador y esto no es bueno".
Cómo arreglar España
En la entrevista de El País de 2014 daba algunas recetas para arreglar España.
“Listas abiertas. Mejor aún, una democracia sin partidos políticos en la que pudiésemos elegir a los mejores, los más capaces, sin listas partidistas, sin programas electorales y sin filtros. Y luego, una reforma en profundidad de la Seguridad Social y una reducción sustancial de impuestos, que es lo único que puede crear empleo a corto plazo. Por último, una reforma radical de la enseñanza superior que, en mi opinión, debería consistir en reunirnos con los principales empresarios del país y preguntarles qué necesitan que les enseñemos a los jóvenes. Suelo hablar de esto con José Luis Rodríguez Zapatero [presidente socialista de España de 2004 a 2011], con el que ceno de vez en cuando, y él me responde: ‘José María, ¿por qué no me dijiste todo eso cuando estaba en el poder?’. ‘Pues porque ahora me escuchas, pero entonces no escuchabas a nadie’, le respondo. Desde el poder nunca se escucha”.