Se acerca la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona de España, y con un vínculo muy claro con el país. El 8 de diciembre se conmemora esta fiesta pero siglos antes de que se convirtiera en dogma de fe ya era algo común y defendido entre los católicos. Alfa y Omega hace un resumen de la devoción inmaculista.
Desde el comienzo del cristianismo el culto a María queda plasmado en innumerables representaciones artísticas. La primera referencia a la Inmaculada Concepción la tenemos en 1128. Ese año, los canónigos de Lyon decidieron santificar la celebración del 8 de diciembre, día de la concepción de Santa Ana. En España, parece probable que en 1309 la fiesta ya se celebrase en Santiago de Compostela y en 1369 en Sevilla. En nuestra pequeña villa (Madrid) en el medievo se veneró a la Virgen y tradicionalmente se ha afirmado que la Almudena entonces era conocida como santa María de la Vega o de la Concepción Admirable.
Numerosos pueblos, congregaciones y hermandades, hicieron voto perpetuo de la defensa de la Inmaculada Concepción. El primer voto inmaculista es el conocido como Voto de Villalpando, realizado en 1466, donde 13 pueblos defendieron que la Virgen fue concebida sin pecado original y se comprometieron a guardar la fiesta cada 8 de septiembre.
En Madrid, unos años antes, en 1438, de acuerdo con el Cabildo de Clérigos, se realizó en la iglesia de San Andrés ante el sepulcro de san Isidro un voto a la Purísima Concepción por haber intercedido en el fin de las inundaciones. Ese voto debía repetirse todos los años el 8 de septiembre en la iglesia de Santa María, con pregón, ayuno y procesión y será el comienzo de las celebraciones de septiembre en honor a la Virgen de la Almudena, que en el año 1976 fueron trasladadas al 9 de noviembre para unirlas a las que ya se hacían con motivo de la aparición en el muro.
En 1640 se funda la Congregación de esclavos de la Virgen de la Almudena y en sus estatutos pide a sus miembros que se comprometan a «defender, creer y sentir que fue concebida sin pecado original». El 16 de enero 1761 el rey Carlos III firmaba un decreto por el que proclamaba Patrona de todos sus reinos a la Virgen María «en el misterio de su Inmaculada Concepción».
En la catedral tenemos varias referencias de devoción a la Inmaculada. En la cripta está la primera imagen mariana de Madrid, la Virgen de la Flor de Lis; en ella contemplamos una lis en manos de María que podría remitirnos a su pureza; también en la cripta, una vidriera de la casa Maumejean nos recuerda que la Almudena es una Inmaculada.
María, estrella y camino para una nueva juventud es el lema con el que este año se celebrará la tradicional vigilia de la Inmaculada el próximo 7 de diciembre. Organizada por la Vicaría Episcopal de Evangelización, se desarrollará a partir de las 21:00 horas en los siguientes templos:
- Catedral de Santa María la Real de la Almudena (c/Bailén, 9), presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid.
- Basílica de Nuestra Señora de la Merced (General Moscardó, 23), presidida por el cardenal Antonio Mª Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid.
- Santuario de María Auxiliadora (Ronda de Atocha, 25), presidida por monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid.
Como viene siendo tradicional, estas celebraciones marianas contarán con el rezo del rosario y testimonios, para finalizar con la santa Misa.
Al día siguiente, viernes 8 de diciembre, con motivo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el cardenal Osoro presidirá una solemne Eucaristía a las 12:00 horas en la catedral de la Almudena. Esta celebración será emitida en directo por TRECE.
Y a las 18:30 horas, el purpurado celebrará una Misa en la capilla del Seminario Conciliar (c/San Buenaventura, 9), en honor a la patrona del centro educativo. A su término, compartirá un encuentro festivo con los seminaristas y sus familias.
Artículo publicado originariamente en Cari Filii News