En la cumbre del Moncayo, la montaña más alta del Sistema Ibérico, a 2.314 metros de altura, hay una imagen de la pequeña Virgen del Pilar, patrona de Aragón. La colocaron allí en 1960 miembros del Stadium Casablanca de Zaragoza, un club de actividades deportivas. El club lo había fundado el sacerdote Francisco Izquierdo en 1947.
Desde los años 80, un grupo de jóvenes de Barcelona de la Asociación de la Inmaculada y San Luis Gonzaga (ligada a la Unión Seglar fundada por el padre Alba) suben a la cumbre del Moncayo uno de los primeros fines de semana de septiembre con el objetivo de honrar a la imagen la Pilarica y, con frecuencia, a reponerla o repararla.
No está claro quién rompe y tira la imagen de la Virgen del Moncayo. Probablemente a veces sean meros gamberros y vándalos; otras veces, laicistas fanáticos y destructivos; otras, algún perturbado. O todos juntos.
Jóvenes del colegio Inmaculado Corazón de Sentmenat (Barcelona) y la Asociación de la Inmaculada son los que arreglan cada año los desperfectos en la Virgen del Moncayo; en rojo repasan la cruz de Santiago, que recuerda la aparición de la Virgen al apóstol en el s.I
El caso es que “cada dos o tres años hay que reponer la imagen”, explica a Iglesia en Aragón el sacerdote José M.ª Escudero, miembro de la Congregación de los Misioneros de Cristo Rey. Desde hace 5 años él sube cada primer o segundo fin de semana de septiembre a la cima del Moncayo con los jóvenes de la asociación y del Colegio Corazón Inmaculado de María de la localidad barcelonesa de Sentmenat.
“Es triste, los destrozos ya son algo periódico”
“Cuando subimos a la cima del Moncayo nos encontramos con que alguien ha hecho un destrozo a la Virgen del Pilar. Y en estos últimos veinticinco años se ha convertido en algo periódico”, lamenta el sacerdote. “Se ha ido convirtiendo tristemente en algo más al tener que reparar la imagen”, explica, “pero lo hacemos encantados”.
Subir al Moncayo a venerar esa imagen ya lo hacía hace 40 años el padre José M.ª Alba, fundador de su congregación. Como jesuita, el Padre Alba realizó su noviciado en el cercano Monasterio de Veruela (hoy ya casi sin actividades de culto) y ahí es “donde nació su cariño por el Moncayo y su devoción por la Virgen del Pilar”.
La Virgen del Pilar del Moncayo en pleno verano, el 9 de junio de 2020 (foto de José Muñoz); el tiempo es impredecible
Compran una Pilarica en Zaragoza
Siempre traen con ellos una imagen de resina de la Virgen que compran en Zaragoza por si es necesario reponer la estatuilla. El pilar donde está la imagen es difícil de derribar porque es un cilindro macizo, relleno de hierro y cemento. Sin embargo, a pesar de que la imagen está fuertemente fijada, los vándalos consiguen “arrancarla de cuajo”. “Este año, de nuevo, sólo estaba el pilar. Estuvimos buscando por la cima a ver si la encontrábamos, pero nada”.
Alguna vez la imagen encuentran la imagen arrancada, tirada no muy lejos. “El año pasado, al pie del pilar, estaba la imagen que habían arrancado hacía tres años, totalmente dañada como consecuencia de haber rodado por la ladera. Alguien se la encontró y buenamente la subió y la colocó ahí”. Esa imagen se restauró y es la que se ha vuelto a colocar este año.
La imagen que se repone cada vez que resulta dañada o arrancada
Una oración, pero sin tiempo para la misa
Cada vez que suben, rezan una oración (un poema a la Virgen de Veruela que escribió el Padre Alba) y repintan el pilar. El Padre José M.ª Escudero recuerda que en tiempos del Padre Alba se atrevían a celebrar alguna vez la misa, pero es arriesgado: allí el tiempo cambia con rapidez y tratan de no pasar más de hora y media en el sitio. “Ha habido años de sol y calor, pero otros de granizo e incluso de frío invernal”, nos cuenta el sacerdote.
Este año, por el coronavirus, solo vinieron diez chicos de Barcelona, pero en otras ocasiones han llegado a venir bastantes más, en un autocar desde su colegio de Sentmenat.
En 2013, miembros del club Stadium Casablanca, junto con miembros del Centro Excursionista Moncayo de Tarazona, también subieron a restaurar el pedestal, deteriorado por el clima extremo.
(Publicado en el portal de noticias marianas CariFilii.es, a partir de un reportaje de Iglesia en Aragón)