Un 46,3% de los barceloneses se declaran ateos, agnósticos o no creyentes. Así lo recoge un estudio realizado por la empresa Gesop a partir de 6.000 entrevistas, por encargo del Ayuntamiento de Barcelona, para su última Encuesta de Servicios Municipales.
La edición anterior de esta encuesta, correspondiente a 2017, registraba un 42% de ateos, agnósticos o no creyentes.
Un repaso a la serie histórica de esta encuesta constata la pérdida de la fe en la Ciudad Condal. Cuando se realizó por primera vez, en 1994, sólo se declaraban ateos, agnósticos o no creyentes un 16,3% de entrevistados.
Ya en 1994, dos años después de los Juegos Olímpicos de Barcelona, los que se declaran católicos practicantes eran pocos: un 24%.
Pero pasado casi un cuarto de siglo, se han reducido a la mitad: un 12% de barceloneses van a misa con regularidad (es decir 190.000 habitantes sobre 1,6 millones que son el total de la ciudad).
También el número de los católicos no practicantes, que eran mayoría hace dos décadas y media, ha caído en picado, del 54,4% de la primera encuesta al 30% de católicos no practicantes en la última.
La Virgen de la Merced pasa por la Plaza Sant Jaume de Barcelona
En el último año la proporción de barceloneses de otras confesiones cristianas (protestantes, evangélicos, ortodoxos) ha pasado del 4,1 al 5,3%. La de musulmanes ha retrocedido ligeramente y se sitúa ahora en el 2,3% del total, mientras que el número de adeptos a otras religiones orientales (budistas, hindúes, sikhs…) se ha estabilizado en torno al 1 por ciento.
Barcelona está mucho más descristianizada que la media en España. El CIS español (Centro de Investigaciones Sociológicas, gubernamental) en 2017 daba un 70% de católicos (69,8%) y un 26,4% de practicantes "al menos una vez al mes".
A nivel de Cataluña
La encuesta barcelonesa, a partir de 6.000 entrevistas, probablemente está más bien afinada que la de 2016, con 1.600 entrevistas para toda Cataluña, que sirvió de base a un sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Cataluña.
En ese estudio se constataba que un 14% de los catalanes que tienen el castellano como primera lengua van a misa "cada semana o más" mientras que entre los que tienen el catalán como primera lengua, no llegan al 7% los que van a misa semanal. Así, en las parroquias catalanas, los domingos en misa, hay el doble de feligreses de origen castellanohablante que de origen catalanohablante. Hay dos feligreses practicantes de lengua castellana por cada uno de lengua catalana.
Si consideramos "practicantes" los que van "al menos alguna vez al mes", sumándolos a los que van cada semana, tenemos un 15% de practicantes entre los catalanohablantes y un 23% entre los castellanohablantes.
En cualquier caso, casi 7 de cada 10 catalanohablantes habituales (68%) no van nunca a servicios religiosos, y entre los castellanohablantes son casi un 64% los que no van nunca.
Si se mide a partir de los mil entrevistados que se declaran católicos, un 12% va a misa semanal, otro 12% va a misa alguna vez al mes y un 19% va alguna vez al año. Un 57% de los catalanes que se declaran católicos no va nunca.