Otro obispo español se ha manifestado públicamente contrario a la secesión y favorable a la unidad de España. En esta ocasión ha sido el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, precisamente cuando se van a celebrar las fiestas del Pilar, patrona de la Hispanidad y de la Guardia Civil.
En una entrevista en Religión Digital, el arzobispo asegura que “la Virgen del Pilar ha estado siempre presente en nuestros pueblos de Aragón, de España y de Hispanoamérica. Ahora desde el cielo “sigue siendo Abogada en nuestras necesidades materiales y espirituales. Nos ayuda a no dejarnos dominar por el miedo y la desesperanza, y nos anima como buena Madre a querernos como hermanos y a construir una sociedad en paz y unidad, más fraterna y solidaria; nos exhorta a vivir en la casa común, que es España, unidos por vínculos de fe, historia y proyecto común”.
Preguntado por la actuación de Policía y Guardia Civil el día del referéndum ilegal, monseñor Jiménez asegura que “han cumplido con su deber en una situación muy delicada, para garantizar la seguridad de todos”.
“Debemos apoyar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que tienen como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de todos y garantizar la seguridad ciudadana”, agrega.
Tampoco se muestra favorable a una posible mediación del Vaticano: “Creo sinceramente que no es bueno ‘internacionalizar’ el tema de Cataluña, porque no se trata de dos Estados en igualdad de condiciones. Hay una asimetría. La propia Constitución ofrece mecanismos para solucionar el conflicto entre todos nosotros. Yo creo que es posible desarrollar una comunión en las diferencias y la diversidad dentro de la unidad. La unidad debe prevalecer sobre el conflicto”.
Por último, el arzobispo no niega un diálogo pero con condiciones: “Siempre cabe el diálogo, cuando se dan las condiciones de las que hablamos los obispos en la Nota, desde la verdad, la búsqueda del bien común, como señala la Doctrina Social de la Iglesia, y en el marco de la Constitución aprobada por todos los españoles, aunque la Carta Magna puede ser reformada, porque no es un dogma de fe. El Papa Francisco nos indica que "es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones" (Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, n. 239)”.