El gobierno catalán pretende que la Iglesia Católica haga de mediador ante un conflicto en el que han traspasado todas las líneas rojas tras realizar un referéndum ilegal, que obligó a intervenir a las fuerzas de seguridad, y fracturando en dos a la sociedad catalana.
Según informa la agencia EFE citando fuentes propias, la Generalitat ha iniciado contactos con el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y con el abad de Montserrrat, Josep María Soler, para sondearles sobre un posible papel de mediación.
El pasado lunes, tras la jornada del referéndum del 1-O, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, pidió una "mediación internacional", aunque las gestiones del Govern no sólo se limitan a buscar figuras mediadoras en el exterior sino que también está sondeando a líderes católicos en Cataluña.
De hecho, la sede del Arzobispado de Barcelona, situada muy cerca del Palau de la Generalitat, ha recibido este miércoles la visita del vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras.
Rajoy se reunió el martes con Omella y Osoro
Por su parte, los contactos con la Iglesia también los ha tenido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien el martes por la tarde, antes del mensaje institucional del rey Felipe VI, se reunió en Moncloa con el cardenal Omella, y también con el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, según han informado a Europa Press fuentes conocedoras del encuentro, si bien ni fuentes del Ejecutivo ni de los arzobispados confirman oficialmente tales entrevistas.
Hace unos días, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, leyó un comunicado conjunto de la Comisión Permanente en el que llamaba al diálogo ante la "grave" situación que se vive en Cataluña y pedía evitar decisiones y actuaciones "irreversibles" y de "graves consecuencias". Una declaración que provocó malestar en el PP y en la que los obispos se ofrecían a colaborar con el diálogo en favor de "una pacífica y libre convivencia entre todos".