Este miércoles a las cinco y media dela tarde ha comparecido el cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española (www.conferenciaepiscopal.es), para leer una nota aprobada con la unanimidad de todos los miembros de la Comisión Permanente de este órgano, acerca de "la grave situación que se vive en Cataluña, y con gran preocupación en el resto de España".
Pertenecen a esta Comisión Permanente 22 obispos, incluyendo el cardenal Omella, de Barcelona, el cardenal Cañizares de Valencia, el cardenal Osoro de Madrid, el arzobispo Joan Enric Vives, de Urgel, y los arzobispos de Burgos, Zaragoza, Mérida, Oviedo, Pamplona, Toledo y Santiago. Omella y Vives y el obispo de Tortosa, Enrique Benavent son los únicos representantes de diócesis catalanas en la Comisión. Benavent es valenciano y Omella es aragonés, Vives es el único natural de Cataluña.
"Respeto a los cauces de la Constitución"
La nota señalan que la solución requiere "conciencia ciudadana y confianza en las instituciones" y también "respeto a los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución" (citando un documento episcopal de 1981). Aunque la nota no habla explícitamente del referéndum declarado inconstitucional e ilegal por el Tribunal Constitucional, quedaría claro que este referéndum no cumpliría estos cauces y principios constitucionales.
La nota establece además que "los auténticos representantes" de las diócesis catalanas son sus obispos, los cuales han invitado "a orar por quienes tienen responsabilidad de gobierno".
La nota apela a la "sensatez y deseo de ser justos y fraternos", propone el "diálogo y entendimiento" y apostar por "la no confrontación, fraternidad, libertad y paz".
Diálogo y búsqueda del bien común
Según los obispos, "la verdadera solución pasa por el diálogo, la verdad y la búsqueda del bien común". Proponen, citando al Papa Francisco, "una cultura que privilegio el diálogo, una cultura con memoria y sin exclusiones".
Piden que se "salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado". Piden también que las administraciones y ciudadanos eviten "situaciones irreversibles, de graves consecuencias", y evitar también "fracturas familiares, sociales y eclesiales".
Por último, los obispos ofrecen su "colaboración al diálogo en favor de una pacífica convivencia". El cardenal Blázquez no quiso aceptar preguntas por parte de los periodistas en la sala.
Texto completo: Declaración de la Comisión Permanente ante la situación en Cataluña
1. Ante la grave situación que se vive en Cataluña, con gran preocupación en el resto de España, los obispos queremos en primer lugar hacer nuestros los deseos y sentimientos manifestados recientemente de forma conjunta por los obispos con sede en el territorio de Cataluña, auténticos representantes de sus diócesis.
2. En especial invitamos a la oración por quienes en este momento difícil “tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común y de la convivencia social”, a fin de que todos seamos guiados “por la sensatez, y el deseo de ser justos y fraternos”, y con responsabilidad “avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y a las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz” (Comunicado. Obs. Cataluña. 20-9-2017).
3. En estos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común de todos, como señala la Doctrina Social de la Iglesia. El papa Francisco nos indica que “es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 239).
4. Para hacer posible este diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado, es necesario que, tanto las autoridades de las administraciones públicas como los partidos políticos y otras organizaciones, así como los ciudadanos, eviten decisiones y actuaciones irreversibles y de graves consecuencias, que los sitúe al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica y origine fracturas familiares, sociales y eclesiales.
5. Como ya hemos señalado los obispos, en otra ocasión también difícil para nuestra convivencia democrática y pacífica, “es de todo punto necesario recuperar la conciencia ciudadana y la confianza en las instituciones, todo ello en el respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución” ( XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. 28-21981).
6. Por último, reiterando nuestra llamada a la esperanza y la plegaria a Dios, a la serenidad y entendimiento, ofrecemos nuestra colaboración sincera al dialogo en favor de una pacífica y libre convivencia entre todos.