Ahora, Religión en Libertad ha tenido acceso a los datos estadísticos oficiales recopilados en septiembre de 2016 por el Gobierno autonómico vasco para el Sociómetro Vasco, que no llegaron a publicarse. En el origen de estos datos que publica ReL hay reconocidos profesionales de la sociología y la estadística, en esa comunidad autónoma.
Este estudio vasco es más amplio que el catalán: en Cataluña se entrevistó a 1.600 personas para cubrir a 7 millones de habitantes; en este se entrevistó a 2.576 personas para cubrir a 2,2 millones.
Un detalle de la Semana Santa en Bilbao en 2014
El dato más relevante y significativo, difícil (por no decir imposible) de encontrar en estadísticas publicadas oficialmente, es el de religiosidad según lugar de nacimiento.
Entre los vascos que han nacido en otras regiones españolas, los católicos practicantes son un 27%, el doble que entre los nacidos en el País Vasco o Navarra (sólo un 13% de estos son practicantes).
En paralelo, entre los vascos nacidos en territorio vasco o navarro hay casi el triple de ateos que entre la población nacida en otras regiones españolas (31% frente al 12%).
Estos datos constatan, por lo tanto, un proceso de descristianización mucho más fuerte entre la población nacida en País Vasco y Navarra que entre el resto de la población de esta comunidad.
En total, un 16% de los habitantes del País Vasco se declaran católicos practicantes, según estos datos. Así se declaran el 46% de los mayores de 65 años y solo entre el 7-9% de los menores de 45. Es una categoría ambigua, porque mucha gente que acude a misa una o dos veces al mes se autoconsidera practicante. En Cataluña van a misa cada semana un 12%, a los que hay que sumar un 9% que van una o dos veces al mes.
Además, uno de cada tres vascos se declara católico no practicante. Esta proporción es así en cada provincia.
Uno de cada diez vascos se declara "indiferente/agnóstico" y uno de cada cuatro se declara "no creyente o ateo" (24%). El porcentaje de ateos entre los adultos jóvenes (de 18 a 29 años) multiplica por seis el de ateos mayores de 65 años: un 36% frente a un 6%.
Los jóvenes están muy descristianizados: sólo uno de cada diez va a misa con asiduidad. Otro 24% se declara católico no practicante. Los ateos son un 37%. Eso significa que por cada adulto joven que va a misa, hay cuatro que se declaran ateos. Es una situación de minoría muy clara.
En cuanto a la clase social, los católicos no practicantes se reparten a partes iguales entre la clase media, la media-alta y la media-baja/obrera. Entre la clase media-baja/obrera sólo hay un 13% de católicos practicantes (frente a un 10% de obreros de otras religiones), y entre la clase media alta son católicos practicantes un 22%. Los ateos de clase alta son casi tantos como los católicos practicantes: un 19%.
Es significativo que en la clase media y en la media/baja haya más ateos que católicos practicantes (un 25 y 23% de ateos, frente a 18 y 13% de católicos practicantes).
En cuanto al posicionamiento político, según recuerdan haber votado en las elecciones generales de junio de 2016, cuatro de cada diez votantes del PP son católicos practicantes, y otro 45% se declara católico no practicante. Solo uno de cada diez votantes del PP es ateo/no creyente.
De entre los votantes de la izquierda independentista de EH Bildu un 30% se declaran católicos, pero casi todos son no practicantes. Un 44% de los abertzales son ateos/no creyentes, a los que hay que sumar un 16% de indiferentes/agnósticos.
En esas elecciones, el partido más votado fue una fuerza novedosa: Unidos Podemos. Un 40% de sus votantes eran ateos, un 27% católicos no practicantes y solo un 6% eran católicos de misa. De hecho, la religiosidad de los votantes de Unidos Podemos es casi idéntica a la de EH Bildu, con una diferencia: tiene casi tres veces más personas que declaran creer "en Dios pero no en religiones" (una categoría más que confusa, porque incluye a muchos cristianos evangélicos, a personas de la Nueva Era o vagamente espirituales y a católicos enfadados con la Iglesia).
Por su parte, el perfil religioso de los socialistas y los votantes del PNV es casi idéntico: aproximadamente uno de cada cuatro es católico practicante, un 45% es católico no practicante y hacia un 12% son ateos.