Ni el Ayuntamiento de Barcelona ni la Generalitat de Cataluña están siendo eficaces en la acogida de menores extranjeros no acompañados ni actúan ante el fenómeno de los jóvenes extranjeros en las calles.
Mosén Peio Sánchez, párroco de Santa Anna, una iglesia del siglo XII en el Barrio Gótico de la ciudad, constata que de las 250 personas que cada día pasan por el templo para descansar en sus camas, algunas también para pedir sus desayunos, casi una de cada 3, unos 75, son jóvenes magrebíes.
"Por la noche el ayuntamiento no nos deja abrir, pero ellos vienen por la mañana a descansar igualmente", explica mosén Peio en El Periódico de Catalunya.
"Estan deteriorados, física y mentalmente", señala el párroco, que pide un abordaje de emergencia y de gran tamaño para los chicos. "Muchos toman drogas, están realmente muy agobiados y lo pasan muy mal", explica.
Los menores se escapan de los centros. Y los mayores son expulsados de ellos al cumplir los 18 años. "A algunos les están prostituyendo", alerta el sacerdote. Otros son reclutados en grupos criminales, que les pueden ofrecer algunos premios a cambio de pequeños hurtos.
Desde hace dos años, Santa Anna, en Barcelona, como San Antón en Madrid, es un templo "hospital de campaña" que acoge a personas sin hogar de día: desayunos, 50 camas y posibilidad de dormir de ocho de la mañana a ocho de la tarde.
Pero ahora hay una novedad en el templo barcelonés: la gran cantidad de niños y jóvenes magrebíes que llegan allí a descansar.
Desde hace dos años, en Santa Anna se puede desayunar y dormir de día
(pero no de noche); la novedad es que ahora acuden muchos menores magrebíes
¿Mil menores magrebíes a punto de cumplir 18 años?
"Esto acaba de empezar", avisa mosén Peio, quien asegura que los Mossos d'Esquadra les comentaron que en los próximos tres meses 1.000 menores tutelados magrebís, sin familia, van a cumplir la mayoría de edad y lo más probable es que casi todos acaben en la calle.
Santa Anna no cuenta sólo con el párroco y un número de voluntarios que aportan su tiempo en turnos continuados día tras día. Hace cuatro semanas el centro contactó con un educador social, Adrià Padrosa, que antes trabajó en los centros de acogida de los migrantes.
"A mí me han hecho llevar con furgoneta a los que cumplían la mayoría de edad a la otra punta de la ciudad para que no supieran volver", afirma el educador Padrosa.
Dejó ese trabajo. Ahora trata de vincular a los menores a los centros de protección. "Si llamamos a los Mossos, a los dos días se vuelven a escapar. Si llamamos a los educadores de la calle, cuando vienen, quizá los niños ya no están. Los educadores son muy pocos", asegura Padrosa.
Hay posibilidad de desayunar en Santa Anna, algo que ayuda a algunos a socializar
Mafias de sexo y robos que usan a los menores
Una realidad que constatan en la parroquia y entre los asistentes es que los jóvenes cometen delitos. Y preguntando, se han dado cuenta, dicen, de que en Barcelona hay mafias de crimen organizado que les extorsionan. "A cambio de robar tantos móviles al día les dan hachís, ropa cara..". Luego se la ponen y suben las fotos a las redes.
En la prostitución cumplen dos funciones: a veces, dan servicios de prostitución masculina. Otras veces, captan clientes para las prostitutas femeninas.
Hace un par de semanas, mosén Peio y la religiosa Victoria Molins se reunieron con el secretario de protección social de la Generalitat, Francesc Iglesias. "Nos dijo que ahora, su trabajo, es convencer a los políticos de que estamos en una emergencia, como si tuviéramos un huracán".