Los Mossos d'Esquadra han registrado este sábado su vivienda en Ripoll y quizá sea él uno de los cadáveres encontrados en Alcanar (Tarragona), en el edificio que explotó la madrugada del miércoles al jueves.
Según publican distintos medios, Es Satty salió de la cárcel de Castellón en 2012, donde estaba detenido por un asunto relacionado con extranjería y tuvo relación con algunos de los detenidos por el atentado del 11-M, según fuentes de la lucha antiterrorista.
El imán de Ripoll se ausentó de la pequeña localidad del interior de Girona a principios de junio, justo cuando los integrantes de la célula responsable de los ataques terroristas en Barcelona y Cambrils ocuparon el chalé abandonado en Alcanar.
Vecinos consultados por el periódico El País lo consideran una persona muy reservada, que hacía esfuerzos por no llamar la atención.
En Ripoll hay 10.000 habitantes, de los que unos 500 son magrebíes, pero él no se trataba mucho con la gente, excepto para dar clases de árabe marroquí a los niños en el oratorio local. Sus prédicas, dicen los musulmanes locales, no eran radicales ni salafistas.
En el registro de su vivienda los Mossos han encontrado, junto a un sofá esquinero de cinco plazas y un televisor, un pequeño Corán. Enmarcada sobre el sofá, una lámina de un calendario de abril de 2013 con una sura del Corán y la foto de una mezquita.
Su inquilino dijo a los Mossos que había hablado con él por última vez el martes, y que le había dicho que pensaba volver a Marruecos con su familia, donde había dejado varios hijos.
Abdelbaki ejercía de imán en Ripoll desde 2015. Primero lo hizo en una mezquita antigua, que dejó cuando se quedó pequeña y no tenía suficiente capacidad para impartir las clases de árabe. Posteriormente una parte de la comunidad musulmana abrió un nuevo oratorio más grande a base de aportaciones de los fieles y lo requirieron para contribuir a su actividad.
De Ripoll eran cuatro de los implicados en los atentados: los hermanos Driss y Moussa Oukabirm, y también Mohammed Hychami y Younes Abouyaaqoub, al que se considera autor del atropello y que está huido. De la localidad de Ribes de Fresner, a 13 kilómetros de Ripoll, era Said Aallaa, otro supuesto integrante de la célula que en su cuenta de Facebook hacía alarde de interés por las armas modernas.
El imán decía frecuentemente que le gustaba viajar a Bélgica, sin dar más detalles de por qué.
Varios vecinos consultados por El País explican que sorprendió su ausencia repentina de la localidad hace apenas dos meses y medio. Fue todo muy repentino. La comunidad pensaba que se había marchado de forma permanente a Bélgica o bien que había vuelto a Marruecos.
Sin embargo, según fuentes de la investigación, este habría ido a Alcanar, a la finca en la que el grupo de terroristas preparó los atentados de La Rambla de Barcelona y Cambrils. Lo único claro: desde hacía meses no ejercía de imán y varios fieles se turnaban a la ora de dirigir el rezo de los viernes.
Si en la explosión de Alcanar murió el imán, los jóvenes perdieron el material explosivo y al cerebro que impulsaba sus acciones. Por eso se hicieron a la calle con las furgonetas, buscando solo matar atropellando y acuchillando.
Familiares y vecinos de los yihadistas en la concentración de repulsa contra los atentados en Ripoll este sábado
Este sábado, en Ripoll, en la concentración de duelo y repulsa contra el terrorismo, han participado familiares y conocidos de varios de los terroristas abatidos. Entre ellos, la madre de Younes Abouyaaqoub, principal sospechoso de cometer el ataque de La Rambla todavía huido. "Quiero que se entregue. No quiero que maten a los demás, el islam no dice eso", ha dicho la madre, Hanno Ghanim.
Una prima de Abouyaaqoub ha dicho en Antena 3: "No sabemos nada. Nunca habíamos sospechado que podían hacer algo así. Llevaban una vida normal, ni imaginábamos que pudiera pasar esto". Otros parientes han declarado: "Creemos que aquí ha habido una cabeza más grande que les ha lavado el cerebro".
La protesta, que ha surgido a través de WhatsApp, contaba con las madres de cuatro de los atacantes que han mostrado su rechazo a la violencia. "No al terrorismo" o "no en mi nombre", decían en los carteles que portaban.