Un día, una feligresa, italiana que vive en la zona, después de oírle pedir leche para los más necesitados, le telefoneó y le dijo que tenía una propuesta "para el problema de la leche". Se reunieron y la "propuesta" resultó ser un valioso piso en una zona turística, heredado de sus padres, en un edificio del centro neurálgico y comercial, a escasos metros de la playa de Cala Millor. Cuenta la historia el Diario de Mallorca.
La mujer -que quiere mantener el anonimato y ahora vive en otra zona de Mallorca- explicó que ella no necesitaba el piso y que lo donaría a la parroquia con la única condición de que el dinero que se obtuviera de él (bien de una venta o bien de un alquiler) fuera para la ayuda de estas personas que precisaban de alimentos y que el párroco pedía en tantas ocasiones.
Uno de estos pisos en Cala Millor es el que donó la generosa parroquiana
Fray Pere quedó sorprendido y contento y aceptó el donativo e inició los trámites. La feligresa no quería esperar ni dejarlo en el testamento, sino hacerlo cuanto antes. Ahora el piso ya pertenece a la parroquia, ha sido acondicionado on muebles y electrodomésticos y se está alquilando a precio bajo a personas trabajadoras que necesitan vivir en la zona y no pueden pagar los alquileres elevados del lugar, pero sí un alquiler más bajo, una cantidad que permite también ayudar para los alimentos de otros necesitados.
El párroco mantiene además la opción de vender el piso en algún momento futuro. "Si llega la oferta algún día, tendremos que estudiar las posibilidades", dice el párroco, pero de momento se quedará en alquiler para gente con necesidad de vivienda.
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