El impresionante templo de la Sagrada Familia de Barcelona recibe cada año hasta 4,5 millones de visitantes, pero pocos han participado en ella en la Eucaristía, excepto en ocasiones especiales. Las misas habituales de la parroquia se celebran desde hace décadas en la cripta (también diseñada por el Siervo de Dios Antoni Gaudí).
Ahora el arzobispo Juan José Omella ha establecido que desde el 9 de julio se celebre misa en el templo principal, con un enfoque internacional, una misa matinal en cuatro idiomas: castellano, catalán, inglés e italiano.
La misa matinal, que hasta ahora tenía lugar en la Cripta, pasará a la basílica con los mismas horarios que hasta ahora.
Cada domingo, a las 8.30 horas, habrá puertas abiertas a la basílica para entrar a celebrar la eucaristía y a partir de las 9.10 horas, se limitará el acceso para evitar el movimiento de personas durante la celebración de la misa. Una vez terminada la misa, se abrirá el acceso a los visitantes del templo.
En total podrán asistir a la misa un máximo de 700 personas sentadas y 2.000 que quedarán de pie.
La misa dominical se mantendrá ininterrumpidamente durante todo el verano. Además, de cara al mes de octubre se prevé incorporar también a los domingos la misa vespertina, que tendría lugar hacia las 20.00 horas sustituyendo así la misa que actualmente se celebra a las 20.15 horas en la Cripta.