Un año más las calles de Toledo han acogido la procesión del Corpus Christi, que ha sido multitudinaria y que ha sacado la calle a Cristo Eucaristía. En la homilía en la catedral primada, el arzobispo Braulio Rodríguez, ha defendido que esta procesión “no es espectáculo” ni algo “inmaterial” que cambie “según las modas o los gustos”. “Es real, es la presencia de Jesucristo que se prolonga por las calles y plazas, que recibe con alegría el pueblo cristiano”, aseguro.

El arzobispo primado de España agregó, tal y como recoge la agencia EFE, que “leo con frecuencia opiniones sobre la solemnidad del Corpus Christi, la aparición de esta fiesta o la procesión, en ocasiones sin aludir a la celebración de la Eucaristía ni de cuál es su peculiaridad”.

De este modo, Braulio Rodríguez agregó que existe “el peligro” de fijar la atención en aspectos “respetables” pero no en los más importantes. “Que si la procesión tiene las características de un desfile cívico-religioso, la tarasca y otros simbolismos, que si la ornamentación de las calles, que si altares o no altares”.

“¿Qué sucede entonces con quiénes contemplan a Cristo en la Custodia de Arfe y no tienen fe o la tienen con muchas dudas o con poca comprensión de este misterio?”, se preguntó Rodríguez, quien ha respondido que “bienvenidos sean, y les pedimos respeto y un corazón abierto a la belleza que siempre es nueva”.




En este sentido, el Primado de España ha indicado que la Eucaristía es “realismo” y que no se trata de “un lenguaje de sociología cultural”. “El pan y el vino eucarístico no han de ser considerados como nuevos y comunes alimentos materiales o simbólicos, ya que son el cuerpo y la sangre de Cristo, como afirma el Señor”.

“Pero este alimento y esta bebida son peligrosos”, ha apuntado Rodríguez, quien ha explicado que cuando “tomamos este pan y este vino no sucede como cuando nuestro organismo toma alimento del tipo que fuere, nuestro cuerpo lo asimila y forma parte de nosotros, con este pan y este vino cada uno de nosotros es asimilado a Cristo resucitado”,señaló.

En este sentido, indicó que esta operación puede ser “buena o mala para nosotros” y que hay indicadores para ver si esa asimilación a Cristo es «buena o duradera» como que impulsa a ir hacia los pobres, los enfermos y los que necesitan algo vital; o la gracia de sentirse perdonado y dispuesto a perdonar.




Ya en la Plaza de Zocodover, donde la Custodia de Arfe llegó sobre las 12.30 horas, el arzobispo de Toledo indicó que con esta procesión se busca “honrar el cuerpo y la sangre de Jesucristo” aunque, se ha preguntado, “¿sabemos cuál es el verdadero Corpus Christi?”.

El prelado respondió al indicar que honrar este Cuerpo “es también evocar la responsabilidad que tiene la Iglesia de atender las necesidades de todas las personas sean miembros o no” de la misma.
 
Tras su alocución, fue el cardenal Antonio Cañizares, quien fuera arzobispo de Toledo y que ahora es arzobispo de Valencia, el que procedió a la bendición eucarística, momentos antes de que la procesión retomara su marcha para volver a la catedral primada.