Durante la celebración de la solemnidad de la Asunción el pasado martes, también festividad de la Virgen del Sagrario, patrona de Toledo, el arzobispo Francisco Cerro Chaves anunció que pidió a la Santa Sede la declaración del Año Jubilar por el octavo centenario de la Catedral.
"Este octavo centenario será un año de gracia para la archidiócesis de Toledo. Hemos pedido a la Santa Sede que declare el Año Jubilar porque junto a la devoción a la Virgen del Sagrario tenemos la piedra donde, según la tradición, la Virgen descansó y entregó a San Ildefonso la casulla", anunció durante la homilía.
Como ya anunció el portal de la catedral primada, las fechas del "año de gracia" tendrían lugar desde el 14 de agosto de 2026 hasta octubre del 2027, lo que finalmente fue concedido por Francisco.
A este Año Jubilar precederán varios cursos pastorales para preparar a la archidiócesis y a la Catedral. El primero será a partir de septiembre y se prolongará durante este curso 2023/2024. A todos os invito a iniciar con esperanza este camino hacia el jubileo de nuestra Catedral, concedido y aprobado por la Santa Sede
"El primero será a partir de septiembre y se prolongará durante este curso 2023/2024. A todos os invito a iniciar con esperanza este camino hacia el jubileo de nuestra Catedral, concedido y aprobado por la Santa Sede", agregó.
Asimismo, Francisco Cerro ha concretado que los ejes de la preparación de este Año Jubilar por los 800 años desde el inicio de la construcción de la Catedral Primada serán “el encuentro y diálogo con Dios y los seres humanos, el segundo la Eucaristía y el tercero la Virgen María y el impulso de la Evangelización”.
Tras el anuncio, Chaves continuó introduciendo al dogma de la Asunción y destacó el amor que le profesa a la Virgen la feligresía toledana: "Cuántos de vosotros habéis llorado y rezado, os habéis confortado, habéis tenido momentos difíciles, y es María quien seca nuestras lágrimas. No hay que tener miedo a querer a la Madre porque te lleva a su hijo. Tiene una relación única y por tanto hay que amarla".
Por ello, Francisco Cerro invitó a los centenares de asistentes la continua invocación de la Virgen, que practican "peregrinos, marineros, agobiados de la vida, hombres del mar…".
"Hace unos días un testimonio de un joven en la JMJ de Lisboa decía con sencillez que volvía a la Iglesia porque como Madre, le acoge. Ahí está María. Volvió a casa porque la Iglesia es una Madre que te acoge. No somos huérfanos", apuntó.
Por último el arzobispo Primado llamó a imitar a la Virgen "por su amor a la Eucaristía y por su fe. El Papa Juan Pablo II se atreve a decir que María también, como persona humana, se fatigó en el camino de la fe como nosotros a veces. A María hay que imitarla en su esperanza".