Durante la madrugada del domingo al lunes se produjeron estos actos vandálicos. Siete cruces del Víacrucis aparecieron invertidas y habían intentado abrir el relicario de la Santa Faz. Al no poder hacerlo por esta blindado los asaltantes dejaron inscrito en el cristal con un punzón el número 666 y de nuevo otra cruz invertida junto a otros signos que están siendo investigados en estos momentos por la Policía.
Además, el autor de estos actos que aún no ha sido identificado robó varios libros litúrgicos.
Según informa el diario Información, la Policía Científica se trasladó rápidamente al monasterio para investigar los hechos al igual que el obispo de Alicante, monseñor Murgui, que fue a animar a las religiosas, “conmovidas” y asustadas por este suceso.
Para la Policía cobra fuerza la teoría de que la persona asaltante permaneciera oculto en el interior del templo desde la noche del sábado y huyera sin ser visto por la mañana, una vez que fueron abiertas las puertas.
En un comunicado, el Obispado de Alicante ha asegurado que está estudiando “ampliar o mejorar” las medidas de seguridad en el monasterio tras estos actos vandálicos.
El obispado también ha asegurado que “se suplica a Dios, nuestro Señor, por quien o quienes han causado este daño” y han pedido a los fieles de Alicante que “las lamentables circunstancias no sean en detrimento del amor y devoción que sentimos hacia esta reliquia secular de la Santa Faz”.