El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha escrito una carta dirigida a las instituciones educativas católicas de su diócesis especificando una tarea que han de realizar: "Hay que atreverse a evangelizar".
"Incluso aunque les demos [a los alumnos] una visión cristiana de la cultura, y aunque tengamos algunas actividades pastorales, y unos complementos, esto no es suficiente, seguramente no llega al nivel de lo que requiere una verdadera evangelización en el ámbito educativo. Hay que atreverse a evangelizar", escribe.
Cañizares se dirige a profesores, educadores, trabajadores y familias del ámbito educativo, pensando no sólo en las 69 escuelas diocesanas locales de la Fundación San Vicente Mártir, sino en toda la acción educativa católica.
Exilio cultural, como los primeros cristianos
Cañizares especifica algunas prioridades que exige nuestra época. Escribe: "Hemos de asumir que los cristianos nos hallamos en este mundo nuestro de hoy en una situación de exilio cultural muy semejante a la de las primeras comunidades cristianas en el mundo pagano o judío. Con esta diferencia fundamental: que el cristianismo constituía entonces una novedad, mientras que la sociedad actual cree conocerlo, porque ha leído lo que dicen de él los textos oficiales de la historia".
Por eso, añade, "una de las tareas evangelizadoras más apremiantes es facilitar el diálogo de la fe con una cultura no cristiana".
También considera "imprescindible" mostrar la caridad cristiana, con "la prioridad de acoger, integrar y atender a los niños y jóvenes pobres, a los excluidos o abandonados, a los enfermos, a los emigrantes y refugiados, a diferentes etnias que no están suficientemente integradas, a los más vulnerables, a los que padecen alguna discapacidad, a los que sufren, a tantos y tantos que están clamando a nuestras puertas".
Caminar contracorriente
Su mensaje afirma que "estamos defendiendo el derecho fundamental humano a la verdadera y plena libertad de enseñanza. Tal vez estemos ya en un momento de caminar contracorriente, pero ese caminar es absolutamente necesario por el bien de nuestros alumnos, de nuestras familias, de nuestra sociedad amenazada".
Y añade, sobre las presiones de las ideologías dominantes: "Nadie puede obligar a la escuela católica, de la que los padres esperan una educación propia y por ello la han elegido en libertad, a aceptar tales imposiciones, si no es vulnerando el derecho a la libertad de enseñanza y a la libertad religiosa".
Por eso, "la escuela católica propone una visión cristiana del hombre y del mundo que ofrece a los niños y jóvenes la posibilidad de un diálogo fecundo entre la fe y la razón, verdad, bien y belleza son bienes, contenidos y fines fundamentales de la escuela católica, y se encamina a hacer buenos los corazones de los alumnos y que actúen conforme a los criterios del bien, de lo que es bueno y recto".
El mensaje completo del cardenal Cañizares se puede leer aquí