Según informa la prensa regional burgalesa, Pablo Rojas, supuesto líder doctrinal de las clarisas excomulgadas de Belorado, y José Ceacero, su ayudante, ya no se encuentran en el monasterio donde el pasado sábado se consumó la excomunión de diez de sus integrantes.
Desde hace unas horas, solo estarían ahí las exreligiosas, trabajadores y algunos familiares, según ha confirmado una familiar de las exclarisas que ha entrado al convento.
Como informa José Ramón Navarro-Pareja a ABC, la salida de Rojas y Ceacero ha sido requerida por las exreligiosas, posiblemente como recomendación de los abogados que las representan.
El sábado, Mario Iceta, arzobispo de Burgos y comisario pontificio se sorprendía en su instancia a las religiosas para que abandonasen el convento de que "las cuestiones espirituales y de vida consagrada, que son las más importantes y esenciales, quedan sorprendentemente fuera de sus consideraciones".
La decisión de las religiosas para que Rojas y Ceacero desalojen el convento parece confirmar lo dicho por Iceta, pues además de impedir la entrada a los capellanes oficiales de la diócesis desde el pasado 13 de mayo, se quedan de este modo sin ninguna atención espiritual, ni si quiera la que hipotéticamente pudiese ofrecer el excomulgado Pablo Rojas.
Navarro-Pareja informa además que algunos familiares aseguran que varias de las exreligiosas están pidiendo explicaciones de este súbito cambio de criterio a la exabadesa, Laura García de Viedma, puesto que fue ella la que llevó hasta Belorado a estas dos personas y la que ahora las expulsa, dejando a la comunidad sin atención espiritual.
Los abogados que han contratado las exclarisas no han querido hacer declaraciones tras ser preguntados por esta cuestión, pero avanzan que en los próximos días realizarán un comunicado.
El Arzobispado Iceta ha asegurado a El Diario de Burgos que no tiene conocimiento de esta situación.
La salida se sucede después de que el arzobispo de Burgos anunciase que si las exclarisas, Pablo de Rojas y Ceacero no salían "voluntariamente en fechas próximas, los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar".
La exabadesa envía facturas de 11.000 euros a Iceta
Este miércoles, Julio César Rico anunciaba en Burgos Conecta un nuevo giro de los acontecimientos respecto a las religiosas excomulgadas, que una vez sin Rojas y Ceacero, la exabadesa Laura Gil de Viedma habría enviado la noche de este martes facturas por un valor de 11.000 euros concepto de electricidad, cartonería y materia prima para la elaboración de productos de repostería. Todo ello con anterioridad al nombramiento de Iceta como Comisario Pontificio.
Según declaró el Arzobispado a dicho diario, este se pondrá en contacto con las empresas emisoras de las facturas para satisfacer las deudas.
Desde la Diócesis se pagarán también los "servicios precontratados que se estiman necesarios para la vida ordinaria de la comunidad y el pago de once nóminas, por un importe aproximado de 9.800 euros, además de las obligaciones de la Seguridad Social correspondientes".
Iceta quiere una salida "pacífica" y reza por ellas: "Lo seguiré haciendo"
Respecto a la salida de las religiosas, Iceta habría asegurado que actuará "de modo pacífico" y que "si no se avienen a la ley, un juez tendrá que hacer que prevalezca".
En su enésimo intento de acercamiento, el obispo también habría declarado que mantiene la "puerta abierta" para que las excomulgadas reconsideren su postura.
En este sentido, aunque el obispo se pregunta qué lleva a diez mujeres que "ya no son monjas" y no pertenecen a ninguna congregación a permanecer en un convento, asegura que reza "un misterio del rosario" por ellas. "Y lo seguiré haciendo", agregó Iceta.
Se "apartan" de Rojas: "Caminamos solas"
Este miércoles, las exreligiosas emitieron un comunicado en respuesta al obispo Iceta, al que se refieren como "Excelentísimo y reverendísimo señor arzobispo de Burgos".
En el texto, afirman que su separación voluntaria de la Iglesia se ha sucedido "en un clima conflictivo y por amor a la verdad católica", lo que les habría llevado a buscar "naturaleza civil" a su labor realizada en el monasterio que, precisan, tiene lugar "sin el menor ánimo especulativo".
En este sentido, las exreligiosas se refirieron a la "supuesta trama inmobiliaria" de la que se las acusa como algo "ridículo", teniendo en cuenta su actual situación y bloqueo financiero. Sin embargo, se consideran "legítimas poseedoras del inmueble" y emiten su "protesta" ante la posibilidad del desalojo que, afirman, no reconocerán de "nadie más que los Tribunales de Justicia".
Acto seguido las exreligiosas confirman haberse "apartado" de la jurisdicción de quien durante el conflicto ha sido uno de sus referentes, "el señor don Pablo de Rojas", que junto con José Ceacero habrían abandonado el convento "de forma voluntaria y sin ningún tipo de coacción" por las religiosas.
A día de hoy, dicen, "caminamos libres y solas en defensa de la fe católica", afirman.
Las diez exreligiosas firmantes concluyen remarcando que su situación es "puramente jurídica" y que, por tanto, "deberá ser discutida en la jurisdicción civil y no ante la autoridad eclesiástica".