Algunos le recordarán como "el Papa que renunció". Habrá quienes movidos por las calumnias, le reprochen falsos escándalos y sombras nunca probadas. Sus allegados y estudiosos, sin embargo, guardarán en su memoria a Benedicto XVI como "un Papa valiente que supo luchar contra una de las mayores crisis que ha atravesado la Iglesia en su historia".
Quien lo dice le conocía bien. Ignacio Palacios Blanco, licenciado en Filosofía, Derecho, ADE y bachiller en Teología forma parte del Círculo de Nuevos Estudiantes de Benedicto XVI. Se reunía con él pontífice cada verano en Castelgandolfo en jornadas de reflexión teológica y fue uno de los promotores del Congreso organizado por el 95 cumpleaños de Joseph Ratzinger en Madrid dos meses antes de su fallecimiento.
Este jueves 23 de febrero, pronunciará una conferencia organizada por la Asociación Mater Dei que tendrán lugar en la Parroquia del Santísimo Cristo de la Victoria, en Madrid, a las 20:00 horas. Bajo el título Benedicto XVI, servidor de la Verdad, el sacerdote ofrecerá un recorrido por la vida del pontífice, a quien pudo conocer, acercando su historia, su persona y su ejemplo de vida a los asistentes "para que también ellos puedan extraer lecciones para su propia vida".
"Benedicto XVI, durante toda su vida, fue servidor de la verdad, tratando de ser fiel a lo que Dios le pedía en su conciencia, sin tener miedo a las presiones ni a las represalias que ello pudiera ocasionarle. Encontrando su fuerza en la gracia de Dios, a través de la oración y los sacramentos. Teniendo siempre como ejemplo la vida de Cristo y el testimonio de los mártires y de los santos", cuenta a Religión en Libertad.
Una fidelidad que, lejos de guardarla para sí mismo, trató de extender a toda la Iglesia, invitando a los fieles "a encontrar su fuerza para ser también ellos fieles servidores de la verdad".
Verdad y valentía se personificaron en la figura de Benedicto a la hora de enfrentar rotundamente la que se ha convertido en una de las grandes amenazas para la Iglesia.
El cisma, "preocupación constante" ante la que "no retrocedió"
Preguntado por la hoja de ruta de los obispos alemanes y un hipotético cisma, Palacios explica que ya desde el pontificado de Juan Pablo II, Ratzinger colaboró con él llamando a los obispos alemanes a Roma hasta en dos ocasiones, después de la polémica acerca de las clínicas católicas donde se practicaban abortos en Alemania.
"El riesgo de cisma fue una preocupación constante de Benedicto XVI durante su pontificado" en el que "no retrocedió ante la rebeldías y hostilidades que le presentaron numerosos obispos alemanes".
Como profundo conocedor de la vida, obra y persona de Benedicto XVI, el sacerdote Ignacio Palacios Blanco refuta no pocas de las falsas acusaciones vertidas contra el pontífice fallecido el 31 de diciembre de 2022.
Una actitud que se plasmó en muchas y rotundas medidas.
"Intentó solucionar la cuestión nombrando obispos en Alemania que fueran fieles a la Tradición de la Iglesia. Invitó a la reforma de la Iglesia en Alemania, que pasaba necesariamente por dejar de lado la excesiva riqueza de la Iglesia germana y de su burocratización. Veía también necesaria la reforma de las facultades de teología en su país natal", enumera.
Medidas enérgicas, concretas y valientes frente a la difamación
Lo cierto es que la muerte del "Papa emérito" dio paso a una inmediata y despiadada campaña mediática de acoso y derribo a su persona, en la que relevantes medios de comunicación mundial tergiversaron y deformaron su obra y legado.
Lo que más se criticó fue su defensa de la ortodoxia, que le llevó a ser llamado el Panzer Cardenal.
"Lejos de ser un intelectual cerrado en sus posiciones, Benedicto XVI interesó siempre por sus numerosas publicaciones, que fueron grandes bestsellers, por la expectación que causaban los debates en los que dialogaba con grandes figuras de la cultura contemporánea, y por el respeto unánime que causaba en los parlamentos y foros culturales más prestigiosos a donde fue invitado", refuta Palacios.
Pero la campaña de difamación se centró especialmente, y sigue haciéndolo, en poner en duda su honestidad en la lucha contra la corrupción en la Iglesia.
Algo que según el estudioso de Benedicto, "ha quedado neutralizado por una doble evidencia, las medidas enérgicas y concretas que Benedicto XVI emprendió en contra del escándalo de los abusos sexuales, y por haber acometido también con valentía la reforma de las finanzas de la Santa Sede. Tarea que se inició en anteriores pontificados, que ha sido fuente de grandes preocupaciones para los últimos Papas, y que sigue hoy pendiente".
El cardenal Ratzinger acompañó a Juan Pablo II y aplicó enérgicas medidas a la hora de enfrentar las "rebeldías" de los obispos alemanes, como también hizo durante su pontificado, destaca el sacerdote Ignacio Palacios.
"Gran maestro, como un cordero en medio de lobos"
Una obra y trayectoria que no ha sido tratada a la altura de las circunstancias.
"El entierro de Benedicto XVI ha sido como fue su vida: sobrio, humilde y discreto. No hubo banderas a media asta, no se decretaron días de luto en el Vaticano, ni se dispensó de su trabajo a los empleados para que pudieran asistir a las exequias, su féretro no fue trasladado en una carroza sino en la parte trasera de una furgoneta, y el entierro se celebró en la intimidad de sus más allegados", lamenta.
¿Cómo será recordado Benedicto XVI en la posteridad? ¿Habrá quien honre su memoria? Palacios se muestra convencido de que "su altura intelectual" le llevará a ser considerado "un gran maestro y doctor de la Iglesia".
Pero, sobre todo, "se recordará que supo luchar valientemente contra una de las mayores crisis que ha atravesado la Iglesia en su historia. La renuncia será recordada como el fruto de una valiente decisión, que manifiesta la dramática dificultad del momento que le llevó a considerar la renuncia como la mejor decisión. Sin que se olviden tampoco las presiones e injusticias de las que fue un objeto, que le llevaron a decir que se había sentido `solo, como un cordero en medio de lobos´", concluye.