Los navarros y los devotos de San Fermín están de enhorabuena. El Papa ha concedido a la Archidiócesis de Pamplona la celebración del Año Santo Sanferminero, que dará comienzo el próximo 7 de julio, precisamente en la festividad del santo.
Este jubileo había sido solicitado por el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, con motivo del 300 aniversario de la construcción y consagración de la capilla de San Fermín.
Este Año Santo coincidirá con una de las fiestas más populares del mundo en estos momentos y puede suponer “ir más al fondo para recuperar desde una óptica cristiana la figura y el contenido de San Fermín: creyente, comprometido y primer obispo de esta diócesis”, asegura el sacerdote Javier Leoz, párroco de San Lorenzo, templo junto al que está la capilla del santo, tal y como informa Alfa y Omega.
Entre los actos que se celebrarán durante el Año Santo, está prevista una visita a la catedral de Pamplona de la imagen del santo, la organización de diferentes actos culturales y musicales, la reapertura del tesoro de san Fermín, situado junto a la capilla, así como peregrinaciones a los lugares vinculados con el santo navarro, como Toulouse o Amiens.
En este sentido, Leoz asegura que para alcanzar el juibileo será necesario, “además de una visita al santo, una buena confesión y la oración por el Papa, una obra de caridad, porque no nos podemos quedar mirando a la mitra de San Fermín y olvidar su cayado que nos invita a caminar con el otro y con el sufrimiento del otro”.
Desde la diócesis se invitará a los fieles a participar “desde la belleza, como decía el Papa Benedicto, o desde el compromiso activo en favor de los más necesitados, como nos urge el Papa Francisco”, asegura Leoz.
El párroco navarro insiste en que “San Fermín es mucho más de lo que los medios de comunicación nos narran. El Año Santo Sanferminero es precisamente un acentuar la identidad cristiana de aquel que tenemos como referencia y patrono”, para que, en medio del bullicio de las fiestas, “gritar un ¡Viva san Fermín! sea gritar con nuestra propia vida lo que él creyó y vivió, y preguntarnos también si nuestra vida va en clave evangélica o demasiado a la carta.
Este año nos invita a la Eucaristía, a la caridad, al perdón y a la gracia que la Iglesia pone a nuestro alcance”.