Para el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, la "crispación social" y su desestabilización de la "convivencia deseable" son quizá los dos aspectos más preocupantes de la actualidad en España, según ha declarado a El Debate en las últimas horas. Sanz Montes no es de los que cierran los ojos ante amenazas evidentes, especialmente si lo que ponen "en peligro" es "el bien común", "la Iglesia" o "la verdad".
Hace solo unos meses, en noviembre, el obispo ya expresó su "dolor" ante un contexto nacional que "no consiente mirar para otro lado pasivamente", uniéndose a la advertencia llevada a cabo el pasado verano del "ambiente hostil y bastante beligerante" a la vida de fe en España.
En esta ocasión, la prevención del obispo en torno a esa "crispación" se debe a "caminos políticos, culturales y mediáticos, que intentan reescribir la historia que no sucedió. La reescriben, la tergiversan y la banalizan o la demonizan. Y eso hace que se reabran heridas que estaban cerradas y se declaren guerras que estaban ya superadas".
Sanz Montes previno de cómo en ese proceso "hay una intencionalidad ideológica" que dista mucho de la "búsqueda del bien común".
La Iglesia, un enemigo a censurar, ridiculizar y destruir
Se refirió "a varias ideologías que están en curso" y que "por lo que tienen de reducción, censura y marginación, van en contra de aquello que pueda presentar resistencia, como la Iglesia", hoy considerada como "un enemigo a censurar, a ridiculizar y si es posible, destruir".
En este sentido, valoró como también en la Iglesia estas propuestas hostiles encuentran a su paso, o bien un "silencio dictado por la prudencia", o un "mutismo que siempre nace de la cobardía" -"una cosa es ser prudente y otra cobarde"-, si bien no faltan "otros más valientes y libres" de quienes se puede "aprender lo que debería ser la Iglesia".
Entre las menciones concretas, no duda en afirmar que "la ideología de género ha penetrado en la Iglesia".
"La confusión antropológica que tiene que ver con la relación hombre y mujer, con la verdad del varón, con la verdad de la mujer, y con la pedagogía de dejar a los niños crecer sanamente sin redirigirlos para que puedan afiliarse a tu antropología perversa... Todo eso ha penetrado en la Iglesia. Lo vemos cuando en los colegios, en la docencia e incluso en la catequesis, hay expresiones y gestos en los que se reconoce una ambigüedad o, claramente, una claudicación", explica.
"Ni pin, ni agenda, ni cambio climático"
El obispo calificó de "traición al mensaje de Cristo, la Buena Nueva de su Evangelio y lo que la tradición del cristianismo ha defendido siempre" al hecho de "hablar de los temas a los que nos arrastran para que no hablemos de lo que verdaderamente vale la pena".
"Hoy, si tú no hablas con la jerga de la ideología de género, si no mencionas el cambio climático, si no llevas el pin y la agenda 2030 en las entrañas, parece que estás en otro mundo y te arrinconan. Bueno, pues: ni pin, ni agenda, ni cambio climático, ni ideología de género. Y, por tanto, a los colectivos que lo jalean y lo defiendan, y además te lo imponen", sentenció.
Para Sanz Montes, el documento Fiducia supplicans "entra" en el saco de la "confusión ambigua y extraña en la que la imagen y semejanza del hombre y de la mujer se intenta rehacer y reescribir".
"Hoy no solo se reescriben las historias de guerras ganadas o guerras perdidas: se reescribe también el proyecto originario. Porque la vieja y única tentación del hombre es querer ser como Dios", reiteró.
Entre otros aspectos, mencionó el caso concreto del transexualismo y de la aprobación vaticana del bautismo a los transgénero como un indicador del deseo del hombre de "crear al hombre, como lo creó Dios. Me permito crearlo o recrearlo según mi propuesta ideológica. El Dicasterio de Doctrina de la Fe no aclara este punto, y, por tanto, deja la puerta abierta, con una dosis notable de ambigüedad, para que alguien tenga después que decir sí o no".
"Fiducia supplicans es a veces Fiducia complicans"
En este sentido, mencionó que el documento vaticano Fiducia supplicans "a veces es Fiducia complicans" debido a la confusión y polémica que ha generado, pero muchos obispos parecen encontrarse solos: "Tendremos que hacer todo este recorrido sin saberte con la certidumbre y el apoyo de que, por encima de tu ministerio local, alguien te está sosteniendo, iluminando, acompañando".
Tras remarcar que "al Papa Francisco le respetamos siempre" como "sucesor de Pedro", el obispo recapituló lo expresado en un mensaje de esperanza.
"Hay suficiente magisterio, suficiente enseñanza, suficiente testimonio, como para poder decir `sé lo que es verdad y sé lo que es ambiguo, lo que es extraño o lo que es confuso´. Así que, teniendo detrás nada menos que 2.000 años, tenemos suficiente bagaje como para decir `No me voy a confundir con la confusión reinante; no me voy a deprimir con la tristeza que a veces nos rodea, sino que sé de Quién me he fiado y sé quién me puede acompañar´".