Pilar es desde hace un tiempo la directora de Cáritas Interparroquial de La Coruña. Dedica las tardes a coordinar una red solidaria que implica a 39 trabajadores fijos y más de 200 voluntarios en 37 parroquias.
"Es la obra social de la Iglesia, la agrupación que más mira cara a cara al necesitado. Es además para mí un compromiso; es hacer realidad que no haya nadie desarraigado, que este solo y no tenga a donde acudir. Es el mandamiento de la caridad. Cáritas está en todas partes, con mucha gente profundamente buena y comprometida con el necesitado", explica en una entrevista en La Voz de Galicia.
En esta ciudad gallega, Cáritas está esforzándose en trabajar con las empresas para mejorar la formación laboral y lograr que el necesitado pase a ser un trabajador, un profesional.
"Estamos potenciando la tarea del centro de formación Violetas porque creemos que está ahí la recuperación de la dignidad, la salida, la esperanza de la persona que en un determinado momento de su vida necesita de los demás. No tenemos formación reglada sino adecuada a las necesidades de las empresas, que es con las que estamos hablando. Además, estoy revisando todos los proyectos porque estos modelos nos permitirían hacer desarrollos en reciclados, restauración... Buscamos esos nichos de empleo con demanda y organizamos cursos de formación. Como el que hicimos sobre reformas, camareros..."
Cáritas tiene, por supuesto, otras líneas de ayuda. Por ejemplo, un programa de atención materno infantil para acompañar a embarazadas y madres en apuros. "Que no estén solas y que tengan siempre alguien en que apoyarse".
Cáritas Interparroquial, con unas 6.000 intervenciones al año en La Coruña, tiene un presupuesto de 2,2 millones de euros. "Sin lugar a dudas, la partida más importante va dirigida a ayudas para alimentación. Después se destina lo mismo a gastos de luz y agua que al pago de alquileres", detalla Pilar Farjas.
Hay además una estructura importante que atender, con un centro de día, la residencia de mayores, el centro de formación Violetas, un centro de atención primaria, dos pisos para familias en apuros, un programa de ayuda a ex-presos... Y luego está esa red peculiar que son las parroquias.
Pilar es además la presidenta de la Asociación Isabel Zendal (www.isabelzendal.com), que busca difundir y dar a conocer la llamada expedición Balmis de 1803, el viaje de un barco que salió de La Coruña y recorrió América Latina y Filipinas vacunando a miles de personas contra la viruela, toda una gesta de la historia de la medicina que salvó cientos de miles de vidas.
Isabel Zendal era la enfermera que acompañaba a los niños que llevaban la vacuna incubada en sus cuerpos. "Suyo es el mérito de cuidar a bordo, en una travesía de más de dos meses, de los veintidós niños 18 gallegos y cuatro de Madrid- en cuyos brazos viajó el remedio contra la viruela a América y Filipinas, que estaba matando a millones de personas", explica Pilar.
Se trata de un caso de éxito en el que colaboraron la Corona (Carlos IV se volcó con órdenes claras y financiación), la Iglesia (que animaba a la vacunación y despejaba los recelos del pueblo) y la ciencia.