Altum Faithful Investing ha sido reconocida con el sello de Social Enterprise Mark, entidad que garantiza que su actividad constituye un beneficio para la sociedad y la preservación del medio ambiente a la vez que demuestra rentabilidad en un modelo de negocio ético y responsable.
De este modo, Altum empresa española de asesoramiento financiero regulada por la CNMV, se convierte así en la primera compañía de inspiración católica en lograr este galardón. Su lema es claro: “Invertir según la doctrina social de la Iglesia”.
Criterios para obtener este sello
La empresa, fundada en 2017 por Borja Barragán, ha superado los criterios de calificación para la adjudicación del sello como son:
-Tener un objetivo social y/o ambiental claro y reconocido por todos los directivos y empleados.
-Ser una empresa privada independiente que no dependa de subvenciones ni donaciones.
- Destinar al menos un 50% de los beneficios obtenidos a fines sociales (en el caso de ALTUM el 100% de los beneficios distribuibles se destina a proyectos que apoyen la evangelización).
“Cumplimos con nuestro objetivo mercantil de ofrecer un servicio profesional a nuestros clientes, obtener unos ingresos suficientes para crear puestos de trabajo dignos, ser eficientes y garantizar nuestra supervivencia a corto, medio y largo plazo”, apunta Barragán.
Además, el fundador de Altum, añade las claves para entender este reconocimiento: “Como Empresa Social nuestro éxito se mide por la forma en que los recursos que seamos capaces de generar con nuestra actividad mercantil, ayuden a los proyectos sociales en los que colaboramos y que, además, colaboren para llevar a cabo la misión de la Iglesia Católica”.
Invertir desde una perspectiva cristiana
“Estamos convencidos de que a través de algo que puede parecer tan ajeno a la moral como es el acto concreto de invertir, también se puede dar testimonio cristiano” apunta Barragán. “No hay que elegir entre rentabilidad e integridad”, afirmaba Barragán en una entrevista con ReL..
Barragán explicaba además que “como cristianos tenemos que dar testimonio de fe en todos nuestros ámbitos: en la familia, en el trabajo y también en nuestra forma de invertir”. Esta es –recuerda- una de las invitaciones que hace la Iglesia en el documento Oeconomicae et pecuniariae quaestiones que publicó en 2018 el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede.
Así, considera que uno de los mensajes que se extraen es que “los cristianos tenemos que aprender a influir en las compañías, en cómo consumimos y cómo invertimos. Esto lo cuidamos en Altum, tanto en las empresas en las que invertimos como en las que rechazamos la inversión".