Como en años anteriores, el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, ha presidido la misa de aniversario de los mártires de Paracuellos en su camposanto: muchos fueron asesinados en aquel mismo lugar, donde hoy está el cementerio de los mártires. Otros fueron asesinados en diversos lugares y llevados allí para ser enterrados en fosas comunes.
Acompañaron al obispo en la misa numerosos sacerdotes de la diócesis y superiores de distintas congregaciones con mártires allí enterrados, además de unos 300 fieles, muchos de ellos con parientes enterrados en el lugar.
Un nuevo pensamiento totalitario
"Inmersos en una nueva guerra cultural propiciada por el laicismo y la increencia, nuestro trabajo [...] está encaminado a transformar este camposanto en un referente de amor a Dios y a España", dijo el obispo Reig Pla en la homilía.
El obispo denunció las nuevas formas del totalitarismo y de la cultura de la muerte actual. "De nuevo en España vuelve a hacer su presencia el odio a la fe, la indiferencia religiosa y la persecución que pretende desterrar de nuevo la cruz y las huellas de tantos santos que han llenado de vigor el alma católica de nuestro pueblo. De nuevo, inspirándose en una cultura de muerte, se pretende hacer olvidar la soberanía amorosa de Dios Creador y Redentor, para afirmar la absoluta soberanía del hombre rompiendo sus vínculos con el propio cuerpo, con la familia, con la tradición y con Dios. Con esta cultura, que exalta al individuo y promueve una libertad perversa desvinculada de la verdad, se está generando un pensamiento único y totalitario que cristaliza en leyes inicuas que permiten la muerte de los inocentes en el inicio de la vida o en su etapa final y que destruyen la grandeza del matrimonio o el bien social de la familia", predicó Reig Pla.
"Algunos, en el contexto de la noche cultural y el olvido de Dios que estamos viviendo, se pregunten: pero ¿podremos resistir? Los mártires, y los ya beatificados, nos dan la respuesta. Ellos nos ponen de manifiesto que la victoria de Cristo, la victoria de la cruz, se extiende en el tiempo con los mártires y nos puede alcanzar a nosotros", añadió.
Bendición y Padrenuestro en cada fosa común
El camposanto lo cuida la Hermandad de Nuestra Señora de los Mártires de Paracuellos. Unas trescientas personas asistieron a la misa, incluyendo familias con niños, gente de todas las edades y una mayoría de hombres. El Padrenuestro y el Gloria se cantaron en latín. Un trompetista entonó el himno de España en un marco de silencio respetuoso.
En las peticiones en misa se pidió a Dios para que dé "sabiduría y fortaleza al colegio episcopal para guiar al pueblo santo", y que "ilumine con la verdad a judíos, musulmanes y ateos". También se pidió por los difuntos, seres queridos de los presentes, "para que Dios los purifique".
Tras la misa, los asistentes fueron en procesión con el Santísimo para rezar un Padrenuestro y acompañar al obispo en la bendición de cada una de las fosas comunes. Los asistentes eran conscientes que con la oración año tras año algo cambia en aquel lugar, un espacio en el que no solo se enterraron cadáveres que llegaban de otras matanzas, sino donde se fusiló, disparó y remató a muchos cientos, de personas, quizá miles. El clima otoñal y las hojas que caían daban a la oración un tono de especial melancolía.
Miles de presos asesinados: 143 beatos mártires de la fe
En las 7 fosas comunes descansan varios miles de prisioneros asesinados por fuerzas milicianas comunistas, anarquistas o socialistas entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936. La Iglesia, con decretos firmados por San Juan Pablo II, el papa Benedicto XVI y ahora el papa Francisco, ha beatificado a 143 mártires enterrados allí: 63 religiosos Agustinos, 22 Hospitalarios de San Juan de Dios, 13 Dominicos, 6 Salesianos, 15 Misioneros Oblatos, 3 Hermanos Maristas, 1 sacerdote de la Orden de San Jerónimo, 1 Capuchino, 1 religioso de la Orden del Carmen, 9 Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle) y 9 miembros de la Familia Vicenciana. Es imposible encontrar otro lugar de España donde descansen los restos de tantos mártires beatificados.
Además, desde 2016 está abierta la causa de canonización de otros 44 religiosos asesinados en la diócesis (Eduardo Ardiaca Castell y compañeros) de los que 18 están enterrados en Paracuellos: 7 religiosos Agustinos, 5 religiosos Maristas y 6 laicos (entre ellos Pedro Muñoz Seca, famoso autor de la obra de teatro cómica La Venganza de Don Mendo). Muchos cristianos laicos fueron asesinados simplemente por pertenecer a asociaciones de vida devota o caritativa, como la Acción Católica, la Adoración Nocturna Española o las Congregaciones Vicencianas.
La homilía completa y fotos del evento y crónicas de años anteriores se pueden leer aquí en la web del obispado de Alcalá de Henares. (Fotos para ReL de T.Fedótova)