En tan solo diez años el panorama ha cambiado completamente: con datos del primer semestre de 2016, Jaén es la única provincia donde las bodas católicas siguen superando en número a los enlaces civiles.
En todas las demás, las bodas por el rito católico son minoritarias, y en aquellas provincias que hace una década ya lo eran, ahora son una rareza estadística casi irrelevante.
La media de bodas civiles en toda España para el pasado medio año es del 76%. Hace diez años, en 2006, eran en 65%, y como hemos visto se concentraban en Cataluña, País Vasco, Baleares y Canarias. Hoy se han extendido por todo el país.
Quizá con los datos completos de este año 2016 (al sumar el segundo semestre) aparezcan aún más bodas civiles, porque en 2015, último año con datos completos, hubo un 85% de bodas civiles frente a un 14,6% de bodas católicas.
En el primer semestre de 2016:
- En Gerona, sólo una de cada 10 bodas es por el rito católico (10,6%; 128 frente a 1.070 bodas civiles)
- En Barcelona, las bodas civiles son el 89%
- En Vizcaya y Álava son civiles el 86% de las bodas
- En Tarragona, Pontevedra, Guipúzcoa y Baleares son civiles el 85%
- En Lérida y La Coruña, el 82%
Por lo tanto, en Cataluña, las bodas católicas apenas oscilan entre el 10 y 18%, y en el País Vasco apenas son un 15%.
Con datos del primer semestre de 2016, Jaén es la única provincia en la que las bodas civiles son minoría (un 46%). En Ciudad Real son un 50%, en Córdoba son un 56% y en Badajoz un 57%.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos datos son del INE (Instituto Nacional de Estadística) y no recogen toda la realidad del matrimonio sacramental católico.
Por ejemplo, hay bastantes matrimonios civiles que al pasar un tiempo acuden a la parroquia para celebrar una boda católica.
Esto sucede con cierta frecuencia cuando un cónyuge es un inmigrante que necesita reunir a su familia, o una vez ha nacido el primer niño y se piensa en bautizarlo, o cuando el niño tiene edad de hacer la Primera Comunión. Sin embargo, estas bodas católicas no figuran en las estadísticas del INE, aunque pasan a ser matrimonios católicos a todos los efectos de acogida y trato en la Iglesia.
Otra reflexión a la luz de estos datos se puede hacer a nivel pastoral. Si una diócesis como Gerona celebra apenas 260 bodas católicas al año... ¿no tendrá capacidad para darles una atención pastoral y evangelizadora mucho más detallada y personalizada?
¿Hasta qué punto las diócesis se organizan con eficacia para que sus parroquias puedan atender a esta minoría que aún quiere presentar su amor y futuro familiar a Dios?
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