Este domingo se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y que este año se vivirá de una manera muy diferente debido al confinamiento general provocado por la pandemia de coronavirus.
A nuevas situaciones, nuevas respuestas. Esto es lo que ha pensado CARF (Centro Académico Romano Fundación), que ha lanzado la campaña Que ninguna vocación se pierda con la que pretende ayudar a la formación de vocaciones religiosas y sacerdotales.
Para ello, abrirán los seminarios al público de manera virtual y también darán voz a los seminaristas y formadores. El domingo 3 de mayo, a las 12:00 horas, los rectores del Colegio Eclesiástico Bidasoa en Pamplona y del Colegio Eclesiástico Sedes Sapientiae en Roma, junto a varios seminaristas, compartirán anécdotas y testimonios, y responderán a las preguntas de los participantes.
Para asistir al encuentro vía zoom, Facebook o Youtube, hay que registrarse AQUÍ.
Ayudando a las vocaciones de África
Pius Messongon tiene treinta años y es de Camerún. Desde julio de 2016 vive en el Seminario Internacional Bidasoa (Pamplona) donde actualmente está pasando el confinamiento junto con un centenar de estudiantes de distintos países del mundo. En dos ocasiones se vio fuera del Seminario provincial de Filosofía de Otélé, en Camerún, porque no tenía los recursos necesarios para costear sus estudios, ni la estancia allí, a 180 kilómetros de su casa. Finalmente, consiguió financiación de benefactores.
En la adolescencia comenzó su discernimiento en un grupo vocacional dirigido por las Hijas de Jesús Kermaria, dentro de su parroquia. Para Pius, la parroquia es el lugar donde se alimenta la fe y una de sus mayores ilusiones sería vivir el sacerdocio en una parroquia, cerca de la gente.
Es consciente de la necesidad económica de muchas familias de Camerún (aproximadamente el 40% de ellas son católicas). Por eso recuerda la labor que hacen los sacerdotes para ayudar a los jóvenes a que se formen en la fe: “Muchos de estos jóvenes no tienen recursos y si no se les ayuda se convierten en ladrones el día de mañana”.
Labor pastoral gracias a la formación
Al igual que Pius, que pudo continuar con su vocación gracias a la ayuda de benefactores, Centro Académico Romano Fundación lanza la campaña Que ninguna vocación se pierda consciente de que, en estos tiempos de crisis sanitaria y económica, las vocaciones religiosas y sacerdotales pueden perderse por falta de recursos económicos.
El P. Juan Jolín, uno de los capellanes del hospital de campaña de Ifema afirma: “Cuando me dieron la acreditación de capellán de Ifema, busqué una cinta de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, donde estudié en Roma. Esta cinta azul con la acreditación me acompaña siempre. De alguna manera viene a decir, de forma gráfica, que mi labor pastoral en Ifema y en otros sitios es posible gracias a CARF”. Para el P. Juan Jolin, la formación es esencial para poder explicar con una nueva pedagogía la fe.
Margarita es una donante que ha becado a dos sacerdotes de Kenia: “Me llaman madre, aunque soy su madrina. Si no hubiera sacerdotes, no habría Iglesia. Si no hubiera sacerdotes, no tendríamos los sacramentos. ¡Qué no se pierda ninguna vocación por falta de recursos!”, afirma. Margarita es una de tantas benefactoras de CARF que apadrina sacerdotes y seminaristas para que ninguna vocación se pierda.
Vocaciones de diócesis con escasos recursos
CARF es una Fundación que ayuda a la formación integral de sacerdotes y seminaristas de todas las diócesis del mundo enviados por sus obispos para estudiar en las Facultades Eclesiásticas de Pamplona y en la Universidad de la Santa Cruz, en Roma.
En este tiempo en el que muchos católicos han podido seguir las misas de forma telemática y muchas personas buscan el consuelo de los sacerdotes, CARF hace un llamamiento a acordarse también de las vocaciones, para que ninguna se pierda por falta de recursos económicos. La formación es esencial para transmitir mejor el mensaje cristiano.
La campaña está destinada a apoyar a las vocaciones surgidas en países donde los candidatos no tienen medios para asumir los costes de una formación adecuada y las diócesis poseen escasos recursos.
Para colaborar con esta campaña de CARF por las vocaciones pinche AQUÍ