El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, pidió que la muerte de Rita Barberá “no sea para la división y el enfrentamiento sino para la concordia” y que “aprendamos a amar y servir, a buscar el bien común, a acoger a todos sin excluir a nadie, a ser de todos y para todos”.
Cañizares quiso distinguir entre el bien común (término de la Doctrina Social de la Iglesia) y el "interés general", que invocan las administraciones públicas.
“Es necesario servir al bien común, más allá del interés general, expresión a la que nos tienen acostumbrados algunas voces del ámbito público: no es lo mismo bien común, que interés general: el bien común es más exigente y tiene más en cuenta el bien de cada una de las personas en cuanto personas”, especificó.
Después, el cardenal, que durante este año ha sido injustamente acusado de homofobia y xenofobia por distintes entidades de la extrema izquierda, aunque los tribunales han desestimado luego cualquier denuncia en ese sentido, ha hablado contra los juicios paralelos en los medios de comunicación y la opinión de la calle.
“No hagamos más víctimas ni condenemos fuera de tribunales legítimos y justos, ni sentemos a nadie en el banquillo y así sembrar paz, diálogo, concordia, esperanza y justicia”, ha exhortado.
En su homilía ha propuesto “edificar una sociedad donde quepamos todos, que busquemos el bien de la ciudad más allá de intereses particulares, que no hagamos sufrir tan inútilmente a tantos con la mentira, juicios temerarios, odios y venganzas, o intereses que no reflejan el bien común, que apostemos de verdad, de una vez por todas y para siempre por el hombre, por la dignidad inviolable de la persona humana, singularmente de las más débiles”.
“Ésta es la gran lección, que reclama de todos respetuoso silencio, reflexión y abrirse a Dios, cuyo juicio, siempre sobre el amor y la misericordia, siempre es verdadero, justo y misericordioso”, ha destacado el Arzobispo de Valencia.
Al término de la misa, una sobrina de Rita Barberá ha "canonizado" automáticamente a su tía durante los agradecimientos a los “miles de valencianos” que han ofrecido “muestras sinceras de cariño, afecto, apoyo y admiración porque habéis conseguido que encontremos consuelo y nos reconfortemos viendo que mi tía hoy está en el cielo observándonos feliz, orgullosa y agradecida de ver a su pueblo valenciano volcado en ella” y ha pedido “que la recordéis como era, vuestra alcaldesa, feliz, vital y entregada a Valencia y a los valencianos”.
Más de tres mil personas han abarrotado la Catedral de Valencia, que se encontraba completamente llena desde una hora antes del inicio de la misa. En el funeral han concelebrado con el cardenal Cañizares sus tres obispos auxiliares, Esteban Escudero, Javier Salinas y Arturo Ros; el arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, Santiago García-Aracil; el vicario general de la diócesis, Vicente Fontestad, y decenas de sacerdotes.
En los primeros bancos se encontraban los familiares de Rita Barberá, el presidente del Senado, Pío García Escudero; el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, con su esposa Ana Botella, ex-alcaldesa de Madrid; los ex presidentes de la Generalitat Valenciana Alberto Fabra y Francisco Camps; el senador del PP Pedro Agramunt Font de Mora; el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues; los ex ministros José Manuel García Margallo y Jaime Mayor Oreja, exconsellers como Juan Cotino, María José Catalá, Máximo Buch y Paula Sánchez de León, numerosos concejales del PP durante la etapa de Rita Barberá y dirigentes y exdirigentes del partido.