La mesa redonda sobre La religión y su presencia en los medios de comunicación, en el marco del XVIIIº Congreso Católicos y Vida Pública que convocan en Madrid la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, congregó para el debate al director de Comunicación del arzobispado de Madrid, Rodrigo Pinedo Texidor, al corresponsal de ABC en el Vaticano, Juan Vicente Boo y al director de Vida Nueva, José Beltrán Aragoneses.
"Uno de los grandes problemas que tiene la información eclesial es que dispone de un gran menú de noticias elaboradas por un gran master chef, pero cuesta emplatarlo y poner los instrumentos para digerirlo. Esto provoca que las personas no puedan degustarlo. Nos faltan instrumentos para mejorar la comunicación religiosa, algo que el Papa Francisco está cambiando gracias a un discurso renovador y sencillo”, afirmó José Beltrán Aragoneses.
En cuanto al interés por la información religiosa por parte de los medios generalistas, el director de la revista Vida Nueva señaló que “la información religiosa es un actor más de la sociedad, algo que provoca que cada vez sea más atractiva”. Eso, sin olvidar los numerosos estereotipos que persiguen a la Iglesia por parte de ciertos periodistas y medios de comunicación: “Algunos medios solo hablan de la Iglesia para dar información sobre abusos sexuales o falsas informaciones sobre privilegios. Pero también es cierto que hay otra realidad. No hay medio de comunicación que ante un conflicto internacional no haya tomado una imagen de un misionero. Ellos son referencia y aportan credibilidad en las noticias. Cuando todas las ONG se van de las zonas en conflicto, los misioneros son los únicos que se quedan. Ellos presentan la realidad del Evangelio”. “Otro ejemplo: durante la crisis económica no ha habido institución con mayor credibilidad que Cáritas, y Cáritas es la Iglesia”, añadió Beltrán.
Por su parte, Juan Vicente Boo explicó “en ocasiones las personas confunden información religiosa con información burocrática. A esto hay que unirle la dificultad de hacer atractivos ciertos temas relacionados con el Vaticano. Y es cierto que en ocasiones lo son porque no están contextualizados. Cada vez que hay una pequeña crisis en el Vaticano, la información es cubierta por personas que no están preparadas, y cuando uno no sabe de un tema, no es capaz de transmitirlo”, señalando este como uno de los grandes problemas de comunicación religiosa.
“En los últimos dos, tres siglos el Vaticano ha utilizado dos manuales de comunicación muy formales y pesados, en donde la comunicación se distingue por su formalidad y lentitud. Ahora Francisco utiliza el manual del Evangelio, y se guía por lo que hacía Cristo y los primeros cristianos. Esta capacidad de comunicación le viene dada por su experiencia como profesor de secundaria, en donde tenía que ganarse a los alumnos díscolos y transmitirles interés por la materia”, concluyó Boo.