En una entrevista con Javier Torres en Actuall, Pilar Rahola se define como agnóstica. “Tanto creyentes como no creyentes vivimos en la duda permanente. La diferencia con una racionalista agnóstica, como es mi caso, es que la duda puede más que cualquier dogma de fe”, afirma la expolítica de ERC.
Además, dice tener una gran admiración “por toda la gente que desde su convicción religiosa, su trascendencia espiritual, la convierte en una fuente luminosa muy tolerante y extraordinaria”.
Rahola se debate entre la duda pero aún no le ha llegado su momento. “A lo largo de mi crecimiento personal me resulta imposible creer en Dios, es un concepto que se me escapa. No me quiero hacer trampas al solitario, por miedo a la muerte no quiero creer, sino por un acto de honestidad”.
¿En qué punto se encuentra Rahola? Ella misma asegura que cree “en la duda”. Y lo explica: “soy una racionalista en el sentido más puro del término. La idea de un ser trascendente a mí me resulta muy contraria a la ciencia y la razón. Pero tampoco soy nadie para negarlo. El día de la muerte de mi padre me sentí muy sola, pero no pude llegar a creer, habría sido muy cómodo. Pero no tuve paz, me quedé mirando a mi padre diciendo ‘¿qué haces aquí?’. No sé en lo que creo, no voy a creer en un dogma para resolver esto. Yo milito en la duda, en el terreno del no saber”.
Pero a pesar de ello ha salido en defensa de la labor de la Iglesia y por ello muchos se sorprendieron con su discurso en el Domund. “He sido muy crítica en mi pregón con los planteamientos mayoritarios de la izquierda que sienten un profundo desprecio al hecho religioso. Me molesta que haya gente que le parezca muy bien que haya solidaridad en una ONG pero no cuando lo hace un misionjero, o que crean correcto hacer proselitismo por cualquier ideología pero nunca por un ideal espiritual, yo eso no lo entiendo”, confiesa Rahola.
Pilar Rahola ha salido en defensa de la labor de los misioneros
Siguiendo con esta línea, la columnista añade que “en el mundo del progresismo se ha modelado un discurso antirreligioso y especialmente un discurso anticatólico: fíjate que nunca adoptan la misma posición crítica con el islam, al contrario, ahí son paternalistas”.
De este modo, Pilar Rahola insiste en que entre la izquierda hay una “inquina” contra el mundo católico que define como un “acto de intolerancia”.
“Los misioneros sufren de esa inquina porque aunque a veces la izquierda los salva, los salva con paréntesis: ‘bueno, hacen muy buena labor pero luego van con la cruz y quieren evangelizar’”, cuenta.
Pero a ella le molesta esa actitud y lo deja muy claro: “a mí que me importa si es la cruz quien inspira al misionero, yo tengo que tener respeto a ese ideal que los inspira. Pues gracias a Dios, gracias a esa creencia, se convierten en salvadores de la humanidad, son un auténtico ejército de luz, amor, respeto, paz…yo a ese Dios lo quiero cerca”.
Preguntada por qué cree que la Iglesia Católica ha podido vivir más de 2.000 años, Rahola cree que es por “su mensaje inspirador”. “La prueba es que ha inspirado a millones de personas, por lo tanto hay una base de ideas muy sólida. El cristianismo es algo muy profundo y cualquiera que quiera denostarlo no se da cuenta de hasta qué punto lucha contra molinos porque estamos hablando de algo que inspira ideales, trascendencia y servicio público”.